La ansiedad conduce a tomar alimentos calóricos de forma compulsiva, fuera de horas y en exceso, una práctica que en el primer momento consigue un efecto tranquilizador pero que a medio plazo conlleva abandonar el régimen y sufrir sentimientos de culpabilidad y baja autoestima.

En muchas ocasiones esa ansiedad, originada por diferentes factores, estaba ya antes de iniciar la dieta y ha continuado hasta malograr el objetivo de adelgazar. Un bucle peligroso.
Seguí estos consejos para controlar el apetito y la ansiedad, ¡dale play!