Dejar los pañales significa un gran desafío tanto para los niños como para los padres. ¿Y cuál es el secreto para el éxito? Tiempo y paciencia…Para que el proceso de enseñar a tu hijo a ir al baño no se convierta en un campo de batalla, te contamos qué es lo que funciona.
¿Cuándo es el momento? No se trata de una edad específica. Muchos niños están preparados a los dos años pero otros no lo están hasta, a lo mejor los dos y medio o tres. Y no hay apuro. Si se empieza demasiado temprano y el niño no está preparado, llevará más tiempo, trabajo y muchas frustraciones con consecuencias desagradables.
¿El niño está listo para aprender?
Hágase estas preguntas:
. ¿El niño está interesado en sentarse en el inodoro o su orinal? ¿Y en usar ropa interior en lugar de su pañal?
. ¿Lo ve listo para entender las instrucciones sin ser presionado?
. ¿Le manifiesta con gestos o palabras o posturas corporales cuándo tiene ganas de ir al baño?
. ¿Puede estar seco durante dos o más horas durante el día? ¿Se empieza a quejar por la molestia de tener los pañales sucios o mojados?
. ¿Puede el niño o niña bajarse los pantalones y volvérselos a subir sin ayuda y por sus propios medios?
. ¿Puede sentarse en su orinal o váter por sí mismo?
Si la mayoría de las respuestas ha sido que sí, está listo para empezar, pero si la mayoría fueron negativas pues entonces, a esperar. Sobre todo si va a haber algún cambio importante, como una mudanza, cambio de escuela o llegada de un hermanito. Si el niño o niña se niega a controlar no se debe presionar, ya que podrá estar preparado dentro de unos meses.
¿Listos? ¡Ya!
Una vez que está tomada la decisión hay que preparar al niño para el éxito, empezando por mantener una actitud positiva. Sigamos estas recomendaciones:
-Equipamiento
Ponga el orinal en la habitación del niño o niña. Anímelo a sentarse en él, aunque sea con los pañales puestos; asegurándose de que apoye los pies firmemente en el suelo. Si es necesario tire el contenido del pañal sucio en el mismo orinal para que entienda para qué sirve. Deje que el niño o niña vea a los adultos sentarse en el váter.
-“Recreos” en el orinal
Planifique varios momento en el día para ir a sentarse al orinal; tanto para los niños como para las niñas, que empezarán orinando sentaditos. Puede leer un cuento o llevar un juguete. Si no ocurre nada podemos decirles que volveremos más tarde. Tratar de conseguir un orinal que sea fácil de llevar con nosotros si salimos de paseo.
-¡Vamos-Rápido!
Cuando vea que el niño o niña comienza con gestos sugestivos, como retorcerse, apretarse los genitales o pegar saltitos, responda con rapidez. Deje lo que esté haciendo, y enséñele que estos son los signos que le avisan ¡que hay que ir al orinal corriendo!. Si se trata de una niña, hay que enseñarle a limpiarse de adelante hacia atrás para no traer gérmenes al sistema urinario, y por supuesto, a lavarse las manos cuando hemos terminado.
-¡Incentivos!
Se pueden dar premios como estrellas, pegatinas, cuentos, salidas extras al parque, etc. Reforzar el éxito con exclamaciones como: ¡Qué bien, lo has hecho como los mayores! Sea positivo. Después de varias semanas de entrenamiento, podemos proponer dejar los pañales y pasar a la ropa interior (sólo si el niño o niña lo aceptan). Que sean ellos quienes elijan sus braguitas o calzoncillos, y es importante evitar prendas que dificulten el desvestirse.
-Saber cuándo parar
Si después de algunas semanas el niño o niña todavía se resiste a dejar el pañal, hay que tomarse un descanso. Puede ser que aún no esté preparado para hacer el cambio, y es preferible esperar durante varias semanas antes de volver a probar.
Accidentes comunes
Los “accidentes” son normales. Durante el período de aprendizaje puede haber escapes, y fallos o no llegar a tiempo al baño. Es importante recordar la necesidad de pasar por el “baño” cada cierto tiempo, además de mantener la calma y no presionar. Si hay un fallo, repita a su hijo “no importa, no pasa nada, ¡la próxima llegaremos a tiempo!”.
Cuándo acudir al médico
Si después de los cuatro años nota que el niño ha retrocedido en los controles, si muestra signos de frustración por vergüenza o si comienza a retener las heces con dolor y pérdida de materia fecal, entonces no dude en consultar con su pediatra. Una pequeña ayuda puede resolver el problema.