Los padres disfrutan acompañando a sus hijos viéndolos crecer y madurar, pero también van a pasar momentos de preocupación por su salud y bienestar. Es muy importante entonces no esperar a que su hijo enferme para elegir un pediatra.
La planificación de la llegada de un bebé puede resultar uno de los momentos más emocionantes, pero también uno de los más estresantes. Pensar en nombres, adquirir todo lo que un bebé necesita o modificar el uso del espacio del hogar son tan solo algunas de las actividades que consumirán muchas horas durante el embarazo. En su lista, también hay que incluir la elección de un pediatra, además de escoger un centro que nos pueda resolver cualquier patología de nuestro hijo. ¿Sabes cómo elegirlo? ¡Apunta!
Puede comenzar pidiendo referencias preguntando a sus médicos de su confianza, por ejemplo su obstetra o ginecólogo. También a miembros de su familia, amigos o compañeros de trabajo.
Después de tener algunas alternativas, puede entrevistarse con ellos para conocerlos. Una entrevista personal le permite evaluar directamente los puntos de vista y la personalidad del pediatra. Invierta tiempo suficiente antes de tomar una decisión final.
Y es que el pediatra cumple una función fundamental cuando el niño está sano; en temas relacionados con su crianza, educación, crecimiento y desarrollo, como también si enferma; tanto de enfermedades comunes, como de enfermedades más complicadas que requieren la participación de especialistas: en esta ocasión, el pediatra funciona como el médico de cabecera, coordinador y persona de confianza de la familia. “La relación de los padres y del niño con el pediatra es muy importante”, explica el Dr. Fernando Cabañas, jefe del servicio de Pediatría y Neonatología de Hospital quirónsalud Madrid y San José.
Un buen pediatra es más que una persona para llamar cuando su bebé presenta alguna molestia. Es alguien que controlará el desarrollo de su bebé, guiará sus preocupaciones y responderá sus preguntas sobre la salud de su niño. Es alguien a quien usted verá con regularidad por enfermedad o revisión de rutina. ¡Así que emplee su tiempo en elegir a alguien que le dé confianza!
Sin embargo, además de esta relación con el facultativo hay que tener en cuenta que el profesional que escojamos esté en un centro que nos pueda resolver cualquier patología de nuestro hijo. “Cada vez el conocimiento de las enfermedades pediátricas es mayor. La Pediatría actual no es sólo la clásica puericultura, sino que cada vez está más especializado y es más complejo, por eso es importante disponer de un equipo de pediatras que no sólo atiendan la medicina interna pediátrica y los casos generales, sino que estén especializados en las diferentes áreas pediátricas, como la gastroenterología pediátrica, la endocrinología, nefrología, cardiología, neumología, psicología y todas las especialidades quirúrgicas (cirugía cardiaca pediátrica, neurocirugía pediátrica…) en las que es necesario una gran especialización y haber tratado a gran número de pacientes para conseguir el mejor cuidado en patologías complejas”.
Otro de los factores que deben valorar los padres es la existencia de unas Urgencias Pediátricas 24 horas. “Las consultas no están abiertas todo el día, por eso es necesario que los padres tengan a disposición un servicio de Urgencias 24 horas para poder acudir en caso de necesidad”. Este servicio de Urgencias puede realizar pruebas diagnósticas o de laboratorio que estarán disponibles del pediatra de cabecera y ayudará a un seguimiento más completo del menor en la historia clínica.
Debe sentirse libre de llamar al consultorio del pediatra, tanto durante las horas de consultorio para preguntas de rutina, o en cualquier momento para emergencias. Ante la duda llame y obtenga asesoramiento médico apropiado.