La embarazada debe mantenerse en forma durante todo el proceso, desde caminar, estar activa y no llevar una vida sedentaria, hasta comer de forma saludable para preservar su calidad de vida y la del futuro niño. Es necesario que cada mujer se adapte a los cambios en su cuerpo desde una perspectiva positiva, y de acuerdo a sus posibilidades.
Una de las formas de combinar ejercicio y relajación en estos meses de espera es practicar yoga. Apostar por esta disciplina es beneficiosa para las futuras madres por las siguientes razones:
- La embarazada toma conciencia de sus cambios corporales de una manera más plena.
- Consigue relajarse si hay tensión.
- El bienestar físico y mental prevalece en cada una de las sesiones.
- Si consigue concentrarse, la sensación de paz interior es total.
- Consigue que la madre se mantenga en forma y no acumule grasa, o kilos de más, lo que es perjudicial tanto para ella como para el niño que viene en camino.
- El cuerpo se prepara para el momento de dar a luz, lo que facilitará un parto más controlado a nivel corporal y emocional.