10 enfermedades con rostro de mujer

  • Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, reflexionamos sobre las 10 enfermedades que, dándose en ambos géneros, tienen más incidencia en mujeres, y te ofrecemos gracias a Efesalud sencillos consejos para prevenirlas.

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    1. Migraña

    Esta enfermedad crónica potencialmente incapacitante afecta en torno al 10% de la población, y es más frecuente en el sexo femenino con una proporción de 3 a 1. La razón por la que es más habitual en la mujer se debe a factores hormonales (oscilaciones en los niveles de estrógenos) y, por ello, aumenta durante los días previos a la menstruación y disminuye durante el embarazo y tras la menopausia.

    Prevención: los productos más desencadenantes de la migraña son los alimentos precocinados, vino, quesos muy curados, así como la cafeína y los chicles. Evitarlos, así como beber mucha agua y no tomar anticonceptivos hormonales, ayuda a prevenirla.

    2. Diabetes

    La proporción de hombres y mujeres con diabetes tipo 1 es más o menos la misma, pero en el caso de la diabetes tipo 2, en la edad madura hay más mujeres que hombres, debido fundamentalmente a los cambios hormonales que sufren durante la menopausia: al descender el nivel de estrógenos, ellas pierden el efecto protector de estos frente al riesgo cardiovascular, lo que hace que aparezca un mayor número de complicaciones y de mayor severidad respecto a las que padecen los varones.

    Prevención: la diabetes tipo 1 no se puede prevenir. La diabetes tipo 2, sin embargo, se puede impedir en muchos casos si se mantiene un peso sano, se sigue una dieta saludable y variada, se es físicamente activo y se modifican los hábitos poco saludables como el estrés, el tabaco y el alcohol.

    3. Hemorroides

    Afectan por igual a ambos géneros, pero en mujeres son muy comunes durante el embarazo y después del parto, pues resultan del aumento de presión abdominal producida por el feto, especialmente durante los primeros meses de gestación.

    Prevención: La forma más eficaz de evitar las hemorroides es conseguir un hábito intestinal normal y regular, evitando tanto el estreñimiento como la diarrea. Para ello se aconseja realizar una dieta rica en fibra, evitar el abuso de picantes y alcohol, y beber abundante cantidad de líquidos diarios. Las hemorroides relacionadas con el embarazo y parto, afortunadamente, suelen tener un carácter temporal.

    4. Alergias

    El uso de pendientes, cosméticos, tintes y perfumes hace que sea más común en las mujeres la aparición de dermatitis de contacto. Además, las que se dedican a las labores del hogar sufren más alergias por estar más expuestas a algunos alérgenos, como los pólenes de la casa o el polvo.

    Prevención: En el caso de estas dermatitis, el tratamiento más adecuado es evitar permanecer en contacto con el alérgeno. Si ya se ha producido la reacción alérgica, lo más recomendable es el uso de corticoides.

    5. Cáncer de mama

    Es el cáncer más frecuente en mujeres, con 25 mil casos nuevos al año y una prevalencia de 5 años. Sin embargo, gracias a la detección precoz y a los avances en los tratamientos, como la radioterapia intraoperatoria, es uno de los tumores con mejor tasa de supervivencia (curación de casi el 90%). El tratamiento con enfoque multidisciplinar, además, ofrece muchas mejoras para el bien de la enferma: curación de la enfermedad, reparación estética de la cirugía mamaria, evitar el sufrimiento innecesario y cuidar la calidad de vida.

    Prevención: No existen dos cánceres iguales, pero sí existen factores de riesgo para todas, y evitarlos es una inversión de futuro (los hábitos personales representan el porcentaje más alto en la frecuencia de aparición de cáncer, un 50%): el retraso del primer embarazo, la ausencia de partos, el consumo excesivo de alcohol y la obesidad tras la menopausia. Además, es fundamental participar en programas de cribado de cáncer de mama a partir de los 40 años.

    6. Varices

    Estas dilataciones venosas producidas por alteración de las válvulas se presentan en una de cada cinco españolas (una incidencia cuatro veces superior a la del hombre). Su clínica es variable desde pacientes asintomáticos que acuden por problemas estéticos hasta síntomas de insuficiencia venosa: pesadez y cansancio, calambres musculares (preferentemente nocturnos), picor que induce a lesiones dérmicas por rascado, edema en piernas y aumento de la temperatura.

    Prevención: Su aparición se relaciona directamente con un factor hereditario dentro de la familia y con una serie de factores evitables como la obesidad, anticonceptivos, sedentarismo, exposición prolongada al calor y con profesiones que exigen permanecer mucho tiempo de pie o sentada.

    7. Celiaquía

    La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada y centeno, que en España se presenta en un 1% de la población, siendo dos veces más frecuente en las mujeres. Diarrea, pérdida de peso y apetito, alteraciones del carácter, meteorismo (gases) o fatiga son los síntomas más frecuentes.

    Prevención: La enfermedad celíaca es de naturaleza autoinmune y se presenta en personas predispuestas genéticamente, por lo que no se puede prevenir.

    8. Enfermedades del aparato locomotor

    Varias enfermedades del aparato locomotor son más frecuentes en mujeres que en hombres, entre ellas, la artritis reumatoide, la osteoporosis y la fibromialgia.

    La artritis reumatoide, inflamación de las articulaciones que produce dolor, hinchazón y rigidez de las mismas, es tres veces más común en mujeres que en hombres. La fibromialgia es también más habitual en ellas que en ellos en una proporción de entre 3 y 7 a 1. Produce dolor en músculos, articulaciones, ligamentos y tendones de forma generalizada, y está asociada a cansancio, trastornos del sueño, dolores de cabeza, ansiedad y depresión.

    Prevención: Aunque no se pueden prevenir, sí es posible controlar estas dos enfermedades: dieta equilibrada, deportes no de contacto (natación, pilates, yoga y bicicleta) y una higiene del sueño adecuada.

    La osteoporosis, sin embargo, es la pérdida de calcio en los huesos, lo que comporta mayor fragilidad y aparición de fracturas, tanto espontáneas como por traumatismos mínimos. Es una enfermedad silente (no avisa) que en la mujer se acentúa con la llegada de la menopausia, por la reducción de niveles de estrógenos, con una incidencia de una de cada cuatro españolas postmenopáusicas.

    Prevención: Caminar 30 minutos al día por el sol, mantener una dieta equilibrada rica en calcio y evitar los excesos de alcohol, tabaco o café, fundamentales en la prevención.

    9. Enfermedades relacionadas con el estilo de vida

    Asociados a su incorporación al mercado laboral encontramos los cambios en la alimentación que, junto a la menstruación, hacen que la mujer sea más propensa a padecer anemia: un descenso del número de glóbulos rojos en la sangre. Según la OMS, el grupo de población que cuenta con el máximo número de personas afectadas es el de las mujeres no embarazadas*. Palidez de la piel, uñas quebradizas, caída de cabello, irritabilidad, cansancio o dolores de cabeza son los síntomas más comunes.

    Prevención: una buena alimentación rica en ácido fólico y hierro (vegetales de hoja, huevos, leche, carnes rojas, hígado, pescado, legumbres). La vitamina C, presente en los cítricos, ayuda a la absorción del hierro, y los antiácidos, el té negro y el café, la interfieren.

    Al llevar un estilo de vida más sedentario, la mujer tiende a almacenar grasa formando las temidas ‘cartucheras’ y, junto a las hormonas femeninas y las células grasas que tiene en la zona de los muslos, desarrolla la celulitis o piel de naranja, una alteración que afecta aproximadamente al 90% de las mujeres.

    Prevención: no abusar de la sal, beber mucha agua, evitar los fritos y hacer ejercicio nos ayuda a quemar grasas y eliminar toxinas. Huir de los tratamientos milagro, ya que sólo unos pocos tratamientos han demostrado eficacia científica (lipoláser, mesoterapia, cremas con ácido retinoico).

    En el mundo, un 9% de las mujeres fuman, y hoy en día están por delante en las primeras etapas de los fumadores adolescentes. Esto producirá sus consecuencias en los próximos años, ya que la repercusión del tabaquismo puede ser más perjudicial en la mujer que en el hombre: a las ya conocidas enfermedades cardiovasculares y pulmonares, se suman los problemas de fertilidad, el embarazo y la lactancia, además de estar relacionado con algunos cánceres específicos de la mujer.

    Prevención: dejar de fumar es ventajoso para cualquier persona pero, en particular, para la mujer, pues los beneficios que se obtienen a corto plazo son muy notables, tanto en salud como en el plano estético (piel, arrugas, pelo, higiene bucal…).

    El sedentarismo, unido al uso de tacones, ropa ajustada y bolsos excesivamente cargados, hace que las patologías de la columna sean más habituales en las mujeres. El uso de zapatos de tacón alto modifica la estática y la dinámica de la columna y, a medio plazo incrementa los efectos de todas aquellas pequeñas alteraciones que puedan aparecer. Además, 9 de cada 10 mujeres sufre dolor de pies derivado de los tacones, desarrollando juanetes, dolor de la planta del pie o neuroma de Morton (dolor tipo quemazón en los últimos dedos del pie).

    Prevención: evitar el uso de calzado con horma estrecha y tacón generoso, adquirir una postura saludable en el trabajo, usar bolsos pequeños cuyo peso no exceda el kilogramo (para pesos superiores, utilizar mochilas a la espalda) y realizar ejercicio físico diario.

    10. Trastornos psicológicos

    A partir de la adolescencia, las mujeres superan a los hombres en trastornos emocionales. También sufren, con mayor frecuencia problemas de ansiedad, como crisis de angustia y ansiedad generalizada (doble de mujeres), fobias (3-4 veces más frecuente en mujeres) y alteraciones de la conducta alimentaria (90% son mujeres); el insomnio también es más común en la mujer, a veces formando parte de las patologías descritas y otras, precipitado por los cambios hormonales de la menopausia.

    Prevención: disminuir la sobrecarga o el estrés de la mujer a lo largo de las diferentes etapas de su vida y optimizar su capacidad de afrontar la adversidad.

    Tanto por cuestiones culturales como biológicas, las mujeres tienden a desarrollar adicciones algo diferentes a las de los hombres: donde ellos tienen más adicción al juego o al alcohol, ellas la tienen a las compras, a la belleza, y a aquello que piensan que les hará obtener cariño o les ayudará a manejar un vacío (especialmente psicofármacos y alcohol).

    Prevención: llenar esos vacíos existenciales internos que tenemos en vez de tratar de compensarlo con cosas externas. EFE

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