En el teatro della Pergola, la original actriz Tilda Swinton interpretó “Cloakroom” (Guardarropa), una original e irónica puesta en escena, donde interactúa con el público, transformada en una misteriosa encargada de un improvisado guardarropa.
Creada y dirigida por Olivier Saillard, “Cloakroom” (Guardarropa) es una “performance”, en la que Tilda Swinton, modelo inglesa de ascendencia escocesa, mantiene una estrecha relación con prendas cotidianas, eso sí en clave de humor.
Con una pose tan amable como distante y ataviada con un vestido negro por debajo de la rodilla y de manga larga, la andrógina actriz recoge las prendas que los espectadores, de uno en uno, la entregan a lo largo del espectáculo.
Una vez en manos de Swinton, esta prendas se convierten en actores, protagonistas secundarias con los que la actriz establece una estrecha relación antes de ser colgadas en la percha.
Por el escenario, decorado con una sencilla mesa de madera y dos burros de ropa con perchas, desfilaron abrigos, gabardinas, echarpes, teléfono móviles, sombreros, chaquetas, bufandas, chalecos, gorros y guantes, prendas que la actriz estudia rápidamente y, a continuación, arranca su particular diálogo a base de expresiones corporales y susurros.
Así, cuando la entregan una gabardina, Swinton la acaricia, la dobla y la desliza hacia una esquina de la mesa para que su ayudante la recoja y cuelgue.
Bailando con ropa
A continuación, baila con un abrigo, coquetea con un sombrero, abraza a una chaqueta, besa una corbata, se abriga con una trenca o deposita una pequeña fotografía en el bolsillo de una americana.
Con un chaleco masculino, Tilda Swinton, de 54 años, intima aún más y le entrega uno de sus rubios cabellos que se arranca en ese preciso momento.
Ante un jersey en tonos grises, la actriz decide adornarle con una rama de roble cuajada de hojas secas. No duda en pintarse los labios en rojo y besar un pañuelo que guarda con cariño en el bolsillo interior de una americana. Después retira el labial con la piel de su antebrazo con un rabioso movimiento.
El espectáculo, que se celebra bajo el paraguas de Pitti Uomo 87, finaliza con la entrega de las prendas a sus dueños, mientras el público saluda a los actores.EFE