Los diseñadores españoles tratan de abrir nuevas rutas comerciarles. Juanjo Oliva se despide de la pasarela madrileña con su propia línea, con destino a Nueva York, una nueva aventura sin billete de vuelta, mientras que Ana Locking pretende afianzar su aventura americana que despegó hace seis meses.
El diseñador Juanjo Oliva dijo hoy adiós a Madrid, con una colección «caótica», ideada tras valorar y reflexionar sobre conceptos como «diversión», «negro», «noche», «fuegos artificiales» «discoteca» y «años 70».
Como si hubiera agitado estas palabras en una coctelera, ideó una colección inspirada en Halston, que revisita la década de los setenta y que se distribuirá bajo la etiqueta «Juanjo Oliva para Elogy».
Estampados con el brillo metalizado de fuegos artificiales, y coloridos motivos corbateros, dan vida a monos, capas y «maxivestidos», en contraste con piezas de corto imposible y en clara sintonía con la estética musical de brillantina y lycra que defendió David Bowie.
En paralelo, Oliva creó una serie de sinuosos vestidos con toques de alta costura, en blanco marfil, de largo hasta los pies y cuello a la caja, y que será la carta de presentación de su aventura americana, que emprenderá a partir de septiembre en la Gran Manzana.
El «músculo» financiero que le proporciona su colaboración con grandes almacenes, le permite asumir el caro peaje que acompaña un proceso de internacionalización, explicó el diseñador.
Una aventura llena de obstáculos, que hace seis meses emprendió Ana Locking y que confía dé sus frutos en breve.
Si en anteriores ocasiones se inspiró en el billete de un dólar como en su colección «One», o en su fascinación por la cultura norteamericana en «American Landscape», esta vez la diseñadora indaga en el juego de las apariencias para proyectar una colección que muestra lo que no es.
«Vivimos en una sociedad que en la que las redes sociales nos permiten mostrar una persona que no somos, crear identidades falsas», explicó Ana Locking, que con esta idea construye prendas que aparentan ser una cosa y resultan ser otra.
Y así, bajo el paraguas de esta metáfora propone «leggins» implantados en la personalidad de una falda, o jerséis y gorros de lana sintética que emulan la piel de zorro.
El Neorrealismo italiano del cine de Antonioni, cuyos personajes se debaten entre la alienación y la distorsión del deseo de vivir otras vidas, fueron el punto de partida de «Doppelgänger», la nueva colección de Locking para el próximo otoño-invierno 2015-2016.
Con siluetas rectas, faldas midi por debajo de las rodillas y ausencias de escotes, Ana Locking propone «una mujer sobria con una sensualidad contenida».
El espíritu de las apariencias es más evidente en chaquetas y parkas femeninas y masculinas rescatada de la estética «mod» inglesa confeccionadas en un punto plastificado, que imita la piel.
El sueño de imaginar ser otra cosa de lo que se es, también se ve en estampados que simulan un aglomerado, pero que desea tener la dignidad de una madera noble, tejido que también utiliza para las propuestas masculinas, que enmarca en una estética clásica.
Estas dos viajes transoceánicos se suman a los expresados en los días anteriores por Juan Vidal, Etxeberría y Teresa Helbig, con billetes para Nueva York y Los Ángeles, respectivamente, mientras que The 2nd Skin Co mira hacia el mercado italiano, con agentes en Milán, y Amaya Arzuaga se refuerza en París.
Con los pies afianzados en España, Devota&Lomba subió a la pasarela una colorista colección muy urbana con detalles artesanos, en la que tienen cabida prendas de entre tiempo como vistosas gabardinas verdes.
Modesto Lomba, que celebra su 58 colección en la pasarela madrileña, se inspira en las metrópolis para coser prendas con volumen como chaquetas capas y abrigos capa, así como vestidos rectos adornados con plumas. «Los bolsos y botas de montar de piel de potro refrescan y dinamizan las prendas», explicó Modesto Lomba.
La cuarta jornada de la Madrid Fashion Week terminó con las propuestas de los diseñadores portugueses Anabela Baldaque, Julio Torcato y Miguel Vieira. EFE