La ciencia-ficción presente en la Moda de París

  • La ciencia-ficción aterrizó en la Semana de la Moda de París con los vestidos retrofuturistas de primavera-verano de Corrie Nielsen y el material fotosensible con el que Anrealage se dio a conocer en esta meca de la moda.

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    Lo que hace décadas parecía el sumun de la modernidad, como podía ser el metacrilato, el látex o las formas redondas que emulan a los platillos volantes, recibieron un homenaje en la pasarela de la diseñadora estadounidense afincada en Londres, Corrie Nielsen.

    Los cilindros acolchados estructuraron las prendas y, como los anillos de Saturno, giraron en torno a las piernas mientras quedaban suspendidos sobre un tejido transparente.

    «Me basé en películas como ‘Blade Runner’ o ‘The Jetsons'», explicó a Efe Nielsen al finalizar un espectáculo con el que también quiso recordar a las mujeres de los años sesenta a las que agradeció su contribución al mundo tal y como lo conocemos hoy en día.

    Foto: EFE

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    Los volúmenes distanciaron las prendas del cuerpo, especialmente en la espalda, donde el tejido cayó como contundente capucha u holgado escote de caparazón.

    Los brillos anacarados y las lentejuelas de color bronce reflejaron los destellos de las naves espaciales, en conjuntos con peinados clásicos y zapatos «peeptoes» de vinilo y metacrilato.

    La marca japonesa Anrealage, fundada por Kunihiko Morinaga en 2003, es conocida por sus espectáculos innovadores en los que la ropa se transforma en vivo y en directo.

    En su primer desfile en París, sorprendió al público con la exposición de sus vestidos a los focos durante una veintena de segundos que dio como resultado la impresión de las luces y las sombras sobre el tejido.

    Una vez descubierto el poder de estas prendas, fueron pasando diversos modelos blancos bajo estructuras con diferentes formas que permitían a las personas invitadas imaginar el proceso de estampación.

    Foto: EFE

    Foto: EFE

    Este no fue el único punto novedoso de la colección. Igualmente, llamaron la atención las gabardinas de encaje, los modelos de diferente color en el frente y en la espalda, los contrastes entre lo clásico y lo «punk», los zapatos de tacón apoyados sobre una suela plana y las simetrías imposibles.

    Léa Peckre también se incorporó en esta edición al calendario oficial de la Federación Francesa del Prêt-à-Porter y lo hizo con una colección de líneas duras, texturas rivales y ligeras llamadas de celeste y verde vidrio.

    «He descompuesto una camiseta de hombre, como si estuviera dividida en diferentes paneles», explicó Peckre en el «backstage» instalado en el majestuoso Ayuntamiento de París, donde había tenido lugar el desfile.

    Estas formas rectas con protagonismos cuadrados se abrieron con los pasos de las modelos, en un ejercicio artístico de «postigos y volantes que descubren las piernas con sutileza».

    La diseñadora tomó el movimiento prestado de la obra del artista venezolano Jesús Rafael Soto y las formas y tintes del pintor franco-ruso Nicolas de Staël.

    Peckre ganó el prestigioso Festival de la Moda de Hyères en 2011, con un jurado presidido por Raf Simons, y mostró la primera colección de su firma en el circuito «off» de París en septiembre de 2012, antes de realizar una colaboración con la marca de lencería Lejaby.

    Christine Phung subió de nuevo a las alturas de París para mostrar unas creaciones agrupadas bajo el título: «Trata sobre una chica que monta en bici en un volcán…».

    La virulencia rojiza de la lava y el resplandor naranja de las entrañas de la tierra se convirtieron en lunares y plisados que ondearon ligeros en el último piso del Instituto del Mundo Árabe.

    Phung abrazó los hombros con tiras rígidas, en algunos casos cubiertas con cristales negros, que dejaban al descubierto la piel y sujetaban los vuelos de prendas sueltas.

    El calor del volcán tiñó las cejas de las modelos que desfilaron con mangas inexistentes y tejidos experimentales en esta jornada inaugural de la Semana de la Moda de París. EFE

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