Relojes de la firma Tissot acompañan a los fondos del Museo del Traje en “Vistiendo la moda”.
El Museo del Traje rastrea los vaivenes de la moda desde finales del siglo XIX hasta nuestros días con “Vistiendo el Tiempo”, una muestra que recorre el paso del tiempo a través de diseños de Dior, Balenciaga o Chanel y una selección de relojes suizos.
El paso del reloj de bolsillo al de pulsera, la transición del reloj-joya a las piezas más cómodas y para todas las horas del día, o la incorporación de materiales como el plástico, en un accesorio tradicionalmente asociado al lujo, aparecen retratados en esta exposición, que se inaugura mañana al público y permanecerá abierta hasta el 17 de enero.
La firma suiza Tissot, que en sus orígenes “suministró relojes a la casa real rusa”, ha cedido una treintena de piezas de su colección para la muestra, ha explicado a Efe el periodista Jose Luis Diez Garde, que ha comisariado la exposición.
Tres relojes de bolsillo hechos en oro y platino y acompañado, en el caso de las mujeres, con piedra preciosas, reciben al público para poco después, dar paso a los primeros diseños de pulsera, que llega con la Segunda Guerra Mundial y la moda de los soldados “de atarse los relojes a la muñeca con una cuerda”.
Este cambio estuvo también propiciado por la llegada de una moda “más libre”, menos encorsetada , capitaneada por diseñadores como Coco Chanel o Mariano Fortuny y Madrazo, ambos presentes en la muestra, el último con un espectacular vestido “Delphos” en tono aguamarina, recién adquirido por el museo y que Charles Chaplin compro a su mujer.
La nueva sociedad que emerge en la segunda mitad del siglo XX y sus nuevas costumbres sociales se reflejan en la vestimenta, y también en los relojes.
La mujer se incorpora al mercado laboral, pero mantiene su estatus sumiso, de “mujer florero”, que se viste con elegantes diseños de Balenciaga, Dior y la Maison Worth, todos presentes en la muestra, dice Diez Garde.
De este modo, los relojes más sencillos, aparecen junto a otras piezas con aspiración de joya, con una esfera de tamaño mínimo de clara vocación ornamental, explica el comisario.
La experimental década de los sesenta trae consigo la incorporación de nuevos materiales, que se aprecia en un vestido de piezas metálicas de Paco Rabanne o una minifalda plastificada de Mary Quant, y que acompaña la aparición de los primeros relojes de plástico y diseños cada vez más abstractos.
Los ochenta, el nacimiento del concepto “yuppie” y el “dress for success” (vestido para triunfar) marca un nuevo resurgir de la exclusividad, con relojes con esferas de granito o Japes, mientras que el movimiento “minimal” de diseñadores como Azzedine Alaïa, acompaña el surgimiento de los primeros relojes “unisex”.
Como cierre, los organizadores han dado especial importancia al auge del estilo deportivo en la última década, y que tiene como hito uno de los relojes creados por la firma suiza para el piloto español Tito Rabat, acompañado por uno de sus monos. EFE