La diseñadora neoyorquina Donna Karan expresó en un comunicado que deja la marca que lleva su nombre y que ella fundó en 1984 junto a su marido, Stephen Weiss, para centrarse en su línea alternativa Urban Zen, que creó en 2007.
Karan reconoció que tomó esta decisión junto con el poderoso grupo textil LVMH, que compró la marca en 2001 por 243 millones de dólares, después de «mucha introspección».
«He llegado a un punto en mi vida en el que necesito pasar más tiempo trabajando en mi compromiso con Urban Zen y todo su potencial y seguir mi visión de filantropía y comercio desde la perspectiva de la salud, la educación y la preservación de culturas», aseguró.
Urban Zen desarrolla productos en asociación con países como Haití, Tailandia e Indonesia, por lo que Karan se aleja de la ropa de pasarela que la hacía una invitada fiel a la Semana de la Moda de Nueva York.
La diseñadora reconoció haber considerado esta decisión durante «varios años» y se mantendrá como asesora de Donna Karan Internacional, pero abandona su labor diaria como directora creativa.
Por su parte, la firma no ha anunciado quién ocupará ahora el puesto de Karan, a quien dedicó en su cuenta corporativa de Instagram un post titulado «El próximo viaje de Donna Karan».
«Honraremos a Donna hoy y siempre. Estamos deseando celebrar su pasado, su presente y su futuro», aseguran. «En las últimas tres décadas, Donna Karan ha inspirado a las mujeres de todo el mundo a sacar partido a su poder y su sensualidad», añaden.
Karan, que presentó su primera colección en 1985, luego creó en 1992 su línea de precio más accesible DKNY, de la que ya se había desligado prácticamente y que ya estaba bajo la dirección de Dao-Yi Chow y Maxwell Osborne desde abril.
Según The New York Times, existe un deterioro añejo de las relaciones entre la diseñadora y el grupo LVMH, propiedad de Bernard Arnault y con un portafolio que incluye marcas de lujo como Louis Vuitton, Dior, Marc Jacobs, Givenchy y Fendi.
El diario neoyorquino recuerda que el director del grupo, Pierre-Yves Roussel, afirmó en el momento del traspaso de DKNY que «la mayoría de la gente que compra DKNY ni siquiera sabe que era de Donna Karan».
Así, la despedida de Karan se vio adelantada por la renuncia en mayo de su mano derecha durante años, Patti Cohen.
Además, apuntan un cambio de rumbo en la industria de la moda de lujo en Nueva York, que perdió el año pasado a uno de sus popes, Oscar de la Renta, y que va dejando paso, tras la veteranía sofisticada de Carolina Herrera o Diane Von Furstenberg, a la nueva manera de entender el negocio de Alexander Wang, Tory Burch o Rag & Bone. EFE