Mientras en el campo y en los barrios populares de las urbes de Marruecos las mujeres utilizan las babuchas diariamente, en las grandes ciudades es una opción de mal gusto.
Junto al gorro rojo de Fez o la chilaba, la babucha es una de las marcas e insignias de Marruecos. Como cualquier prenda, este calzado está sujeto al ritmo de las tendencias y hace unos años en las grandes ciudades del país arrasó entre las jóvenes la combinación de babucha con “jeans”. Fue lo más “in” del momento de este calzado tradicional desde siempre utilizado en bodas y eventos especiales o, simplemente, para estar en casa, dependiendo del tipo de babucha de la que se trate.
Como pasa con la moda, la “babucha-jean” terminó muriendo, y ahora, mientras en el campo y en los barrios populares de las urbes las mujeres las utilizan diariamente y en cualquier circunstancia, en las grandes ciudades pasearse por la calle en babuchas es visto entre muchas como una opción de mal gusto.
La babucha, según el género
Entre los hombres es diferente, ya que acostumbran a utilizarlas con frecuencia por la comodidad que este zapato -abierto por detrás y que termina con el tiempo amoldándose perfectamente al pie- y que utilizan, por ejemplo, para ir a rezar a la mezquita, donde es obligado descalzarse al entrar en el recinto religioso.
Pero si en la calle la babucha tiene sus detractores, no ocurre lo mismo en el interior del hogar donde se impone con fuerza como un objeto fetiche. De la misma forma que en las mezquitas, en las casas marroquíes es costumbre descalzarse al entrar y nada mejor que una babucha que se queda a la entrada para pasearse sin ensuciar el suelo.
Encontrar este calzado es fácil, ya que en cualquier medina de cualquier ciudad aparecen ante el paseante cuidadosamente colocadas en el “souk sapat” (zoco de los zapatos). En amarillo o rosa, con perlas o borlas, doradas o plateadas, de rafia o terciopelo, con tacón o planas. Las hay para todos los gustos.
En el “souk sapat” es habitual ver a las mujeres marroquíes con una bolsa colgada del brazo y en su interior un caftán, vestido tradicional, que sacan de tanto en tanto cuando identifican una babucha que podría ir a juego con el color de su tela.
Los comerciantes cogen la babucha, hecha con cuero de vaca, camello o cabra y la doblan por la suela, haciendo así alarde de la buena calidad del zapato y elasticidad, lo que, según ellos, garantiza su comodidad.
Pero entre toda esta multitud de formas y variedades, ¿cómo saber escoger la adecuada?
Un calzado con clase social
Entre los marroquíes la babucha estrella es la “fesí”, nombre que proviene de la ciudad de Fez, famosa por la magistral manera en la que los curtidores trabajan desde hace siglos el cuero.
Puntiaguda por delante y con una suela baja de unos cinco milímetros, cubierta completamente de cuero, la más auténtica o noble de las babuchas fesíes es la que llaman “babucha real”, que es la utilizada por las personas que trabajan en los palacios del monarca, Mohamed VI.
La babucha real tiene la tradicional forma puntiaguda de la fesí, su cuero es de camello y por fuera es de color amarillo chillón, mientras que por dentro es verde (el color del islam).
Los hombres pagarán aproximadamente unos 200 dirhams ( unos 17 euros) por ella, mientras que el precio para las mujeres, a las que les gusta que estén decoradas con bordados dorados o plateados hechos a mano, ronda los 150 dirhams (unos 12 euros). “Porque tienen los pies más pequeños”, argumentan los comerciantes.
Por otro lado, la “babucha-pantufla”, cuyo principal uso es para estar en casa, y que goza de gran popularidad, se denomina “bereber” haciendo así referencia este grupo étnico concentrado mayoritariamente en las montañas de Marruecos.
Para todos los terrenos
En la medina se encuentra estas babuchas con suela de caucho porque, según cuentan a los clientes los vendedores, muchas veces los bereberes viven en zonas donde las carreteras no están asfaltadas y necesitan unas buenas y sólidas suelas para poder caminar por caminos de tierra.
Sin embargo, la babucha bereber también se encuentran en la medina con suela de cuero ideal para andar por casa. Su precio mínimo de unos 60 dirhmas (unos 5 euros) en adelante es otro de los éxitos de este calzado que cualquier turista deseará llevarse a casa.EFE