Animales, insectos y formas geométricas invadieron las colecciones de Alta Joyería de París, donde Chopard y Boucheron propusieron un paseo por la naturaleza y Chanel recuperó el mítico acolchado de sus bolsos. Este célebre motivo pespunteado que marca pequeños rombos en relieve, inspirado el siglo pasado a Gabrielle Chanel por las chaquetas campestres femeninas, vino […]
Animales, insectos y formas geométricas invadieron las colecciones de Alta Joyería de París, donde Chopard y Boucheron propusieron un paseo por la naturaleza y Chanel recuperó el mítico acolchado de sus bolsos.
Este célebre motivo pespunteado que marca pequeños rombos en relieve, inspirado el siglo pasado a Gabrielle Chanel por las chaquetas campestres femeninas, vino directamente de bolsos tan famosos como el «2.55», icono de la moda y del vestuario femenino que aún sigue siendo hoy día objeto de deseo y referencia de estilo.
Su diseño fue adaptado ahora a la joyería en una colección titulada «Signature», creada con diamantes, oro blanco y zafiros, aunque tampoco faltaron perlas, como no podría ser de otra manera en Chanel.
La utilización de ese patrón acolchado permitió crear curvas y dar un efecto voluminoso a joyas discretas y sensuales: gargantillas, pendientes, brazaletes, relojes y anillos.
Su precio, sin embargo, no es apto para todos los públicos, ya que el Chanel menos costoso supera los 30.000 euros y el más caro los dos millones de euros.
Por supuesto esta línea se crea con pequeñas tiradas o bajo pedido, aunque algunas de las piezas fueron concebidas sin duda para millonarios, como un reloj de mesa de nácar, oro blanco y diamantes, cuya posesión se disputan en estos momentos tres coleccionistas diferentes, según indicó a Efe un portavoz de la firma.
Las 48 piezas que componen «Signature», divididas en once familias según sus diseños, pueden combinarse entre sí ya que, pese a sus distintos materiales, el acolchado se proclama como el sello de identidad de esta colección que tan solo unas pocas personas podrán lucir.
Chopard inspiró en la naturaleza las piezas joyeras de su primer cumpleaños en la Federación Francesa de Costura, donde entró como miembro en enero de 2015.
En el centro de sus creaciones reina un espectacular collar y dos brazaletes de titanio y piedras preciosas multicolores que forman hojas y mariposas verde agua mar, azul, violeta y rosa.
El mismo insecto alado se convierte también en llamativos pendientes en colores primaverales y de estética juvenil con esta prestigiosa joyería, que desveló además tres nuevos modelos de anillos en una colección cápsula con forma de flor.
En el «Bestiario de Boucheron», las espectaculares joyas de esta firma continúan reflejando los animales que la hicieron famosa desde su creación, en 1858, con representaciones de todo tipo de seres, especialmente serpientes, uno de los regalos que aquel año Monsieur Boucheron ofreció a su esposa, en forma de brazalete.
A esta nueva edición se suman animales fantásticos como Pegaso, caballo alado que se funde en un fabuloso brazalete de oro blanco, y un sinfín de pájaros que se posan en pendientes y colgantes.
El oro blanco y el rosa son los materiales sobre los que se posan piedras naturales, como la amatista o la esmeralda, en este zoológico donde cada ejemplar recibe un nombre para darle verdaderamente alma animal.
Boucheron hizo que sus cisnes, siguiendo su naturaleza, buscasen un compañero del que nunca se separarán y que sus alas envolviesen brazaletes y anillos, en blanco y negro, combinables entre sí.
No se trata de joyas, sino de obras de arte que toman vida propia y que pronto incluso podrán ocupar las salas de los mejores museos del mundo, para así apreciar el trabajo artesanal de estos joyeros únicos. EFE