Relojes de diamantes diseñados en 1960, vestidos de cóctel con pedrería de los años cincuenta y, en definitiva, la moda más exclusiva que vestían en Italia en el periodo posterior a la II Guerra Mundial se exponen en Roma en la muestra «Bellísima. La Italia de la alta moda 1945-1968».
La exposición se podrá ver desde mañana hasta el 3 de mayo en el Museo Nacional de Arte del Siglo XXI, de Roma.
Se trata de una mirada al pasado para conocer y disfrutar de la alta moda que inundó los guardarropas de las italianas más elegantes en un periodo que fue, en palabras de los organizadores, «uno de los más creativos de la historia» del país.
«En los años posteriores a la II Guerra Mundial se producen en Italia una serie de cambios culturales que favorecen la creatividad en el cine, el arte, la arquitectura, la fotografía y la moda», explicó en rueda de prensa la presidenta del museo, Giovanna Melandri.
Y prosiguió: «Son, posiblemente, los años de mayor creatividad en Italia y sin duda los años decisivos para que el país lleve su identidad más allá de sus fronteras».
Vestidos de cóctel, de largo, calzado con tacón bajo, joyas y gabardinas se entremezclan ahora en este espacio artístico con cuadros y obras de arte de la década de los 50 y 60, pero también con revistas de moda y vídeos que proyectan películas en blanco y negro de entonces.
Así, el público puede descubrir cómo eran unos bolsos de piel de asas cortas y de madera, diseñadas por Gucci en 1947, imaginarse a las mujeres de hace cinco décadas vistiendo trajes de chaqueta y falda de Mila Schön de 1969 o tal vez abrigándose del frío invierno con gabardinas de cuadros marrones de Enzo, de 1960.
El negro más sobrio y elegante, «que se apropió de la alta moda de la década de los cincuenta», tiene un papel protagonista en esta exposición, pues viste prendas como faldas, camisas, vestidos con cuello «halter» y pedrería, e incluso zapatos cerrados, de punta cuadrada y de tacón fino.
Pero el luto también deja espacio a los colores más vivos, que van desde los verdes hasta los morados, pasando por los beige o los amarillos tostados.
Incluso a los rojos, que sirven para inundar de color vestidos de faldas vaporosas y con gasas que simulan rosas, o abrigos de corte recto diseñados por Pino Lancetti.
Lo que Italia propone ahora es un paseo por los diseños más exclusivos de marcas como Salvatore Ferragamo, Valentino, Fendi, Gucci o Bulgari.
Precisamente, esta firma italiana fundada en 1884 presta a esta colección 10 piezas que van desde colgantes de oro y platino, con turquesas y diamantes, hasta relojes de oro y de diamantes con diseños de serpiente, pasando por pulseras y pendientes de zafiros y otras piedras preciosas.
Una auténtica pasarela de la moda de hace 50 años, pues los maniquíes que visten estas prendas están colocados de tal manera que simulan estar en un desfile de modelos.
Es, tal y como reconoció Melandri, una oportunidad única, pues «es la primera vez que la moda entra en este templo del arte contemporáneo».
La muestra, lejos de ser un proyecto nostálgico, es «una invitación a reflexionar sobre la creatividad y la calidad del trabajo de los profesionales italianos de entonces para intentar recuperar esos valores y utilizarlos para impulsar la marca Italia en la actualidad», subrayó uno de los comisarios, Stefano Tonchi.
Una opinión que fue compartida también por la comisaria de la exposición Maria Luisa Frisa, quien criticó que «a veces, la moda se concibe como algo frívolo, pero Italia vive en gran parte gracias a sus firmas textiles».
«Bellísima. La Italia de la alta moda 1945-1968» es, sobre todo, un reflejo de la moda de aquellos años, diseñada por grandes marcas de fama internacional, pero también por «algunos diseñadores que no son tan conocidos y que ahora serán todo un descubrimiento», concluyó Frisa. EFE