Nermine Dimiati, una diseñadora palestina de 28 años, vive entre patrones, tijeras y coloridas telas en su pequeño taller de la ciudad de Gaza, donde confecciona todo tipo de vestidos, trajes y adornos para mujeres, pero con el sueño de poder vestir algún día a otras congéneres de distintas partes del globo.
Su modesto taller, que ha alquilado recientemente, está abierto casi todos los días de la semana y en él recibe a su clientela femenina, cumpliendo así un anhelo que tenía desde que era niña.
En el establecimiento, de pequeñas dimensiones, trabajan seis mujeres, todas ellas graduadas en universidades de la Franja de Gaza, pero que han encontrado en la costura una ocupación en este castigado territorio donde la tasa de desempleo crece cada año.
«La idea siempre me rondó por la cabeza desde que era cría. Siempre me gustó mucho cortar tejidos, y soñaba con cambiar y combinar mis modelos», relata mientras mide a una de sus clientas a la que le confeccionará un vestido.
Mientras corta hábilmente con unas tijeras un retal, prosigue: «Cuando crecí, la idea de convertirme en diseñadora fue tomando forma y me nutrí de fotos, imágenes y páginas mundiales de moda por internet».
Licenciada en historia por una de las universidades de Gaza, Dimiati ha expuesto sus creaciones en dos desfiles y aspira a poder exportar sus diseños al mundo.
«¿Sabes cuál es mi sueño?», interpela antes de responder: «Mi sueño es aumentar mi taller y convertirlo en una gran empresa de moda que incluya exhibiciones permanentes y emplee a numerosos estudiantes que se hayan graduado en las universidades y no puedan encontrar trabajo en la Franja de Gaza».
Esta emprendedora comenzó su pequeño gran proyecto en su propia casa, antes de alquilar el apartamento donde hoy tiene su taller que bautizó como «Voile Moda«, que en francés que significa la moda del ‘hijab’ o pañuelo islámico.
Y mientras corta, mide y cose sin pestañear, no pierde la esperanza de poder participar en desfiles de moda árabes e internacionales.
Sobre cómo percibe la sociedad tradicional de Gaza su actividad, afirma sin tapujos: «Vivimos en 2105 y que una mujer desempeñe un trabajo profesional se ha convertido en algo normal. Las mujeres en la Franja realizan toda clase de trabajos, y ahora no es un problema para nada que una mujer sea diseñadora».
Pero reconoce que su labor no es coser y cantar.
«Uno de los principales problemas con los que me encuentro es la falta de materiales como herramientas y tejidos que no están disponibles en Gaza por el bloqueo israelí impuesto desde hace ocho años», lamenta.
La población de la Franja registra altos índices de pobreza y desempleo, según organizaciones internacionales, en buena medida debido al bloqueo israelí, vigente en el territorio desde la toma por parte del movimiento islamista Hamás en 2007.
Naciones Unidas ha advertido recientemente de que si la situación se prolonga en el tiempo, en 2020 Gaza se convertirá en un territorio en el que vivir resulte extremadamente difícil por la falta de recursos como el agua y de oportunidades de trabajo sumado al deterioro de servicios sociales, sanitarios o educativos.
Al taller de costura de Dimiati acuden decenas de mujeres jóvenes que prefieren el traje a medida en lugar de comprarlo en tiendas que importan de Israel o del extranjero.
Suzan, estudiante de Gaza y una de sus clientas, asegura que le gusta tratar con mujeres diseñadoras en lugar de hombres porque su familia es conservadora y reconoce que «tener a trabajadoras en este taller me anima a venir».
De acuerdo con un informe elaborado por la Oficina de Estadísticas Palestina en marzo de 2014, el desempleo entre las mujeres en los territorios palestinos ascendió al 35 por ciento, siendo del 14 por ciento en 2001, y apunta que el 17 por ciento de las mujeres forman parte de la fuerza laboral en estos territorios.
La ministra para Asuntos de la Mujer en el gobierno de unidad palestino, Haifa el Agha, cree que los pequeños proyectos establecidos por mujeres de Gaza muestran la fortaleza de las emprendedoras gazatíes para superar las dificultades.
«Las mujeres en la Franja son tan poderosas porque han sido capaces de luchar frente a la adversidad en medio de las difíciles condiciones que afrontan, como consecuencia del estrecho bloqueo impuesto por Israel», manifestó El Agha. EFE