“Bless The Mess” es una firma joven fundada por dos amigas que ya exportan sus productos a países como Grecia o Arabia Saudí.
Viajar nos empapa de diferentes esencias, culturas e imágenes que perduran en nuestro ideario y bagaje personal. En el caso de las diseñadoras Andrea Ruiz y Elisabeth Mas, ese callejeo por el mundo les ha inspirado una firma, “Bless The Mess“, que ya tiene presencia en países como Arabia Saudí o Grecia.
Se conocieron en el colegio, cuando solo tenían 10 años, y desde entonces son mejores amigas (y ahora socias). Su compenetración es tanta que, en agosto de 2013, decidieron fundar su propia firma de ropa, incitadas también por un amor prematuro hacia el mundo de la moda que Elisabeth canalizó convirtiéndose en modelo a los seis años y que Andrea profesionalizó en la universidad, estudiando diseño.
“El caos que afecta a todo armario femenino y las experiencias que hemos vivido en distintos países”, explica Mas a Efe Estilo, han dado nombre a su marca, “Bless The Mess” (bendecir el desorden).
“Somo jóvenes y novatas, pero sabemos dónde queremos llegar”, admite Elisabeth Mas, modelo y diseñadora
Las chaquetas que proponen combinan elegancia a través de un corte muy sofisticado, con solapas de esmoquin, y un desenfado muy descarado gracias a los colores flúor y neón de los puños, donde predominan los estampados étnicos que dan a las prendas un toque salvaje, colorista y lleno de exotismo. Su estilo, “hippie-chic”, como les gusta definirlo, ha embelesado a compradores de Riad (Arabia Saudí) y Atenas (Grecia), donde el producto “ha triunfado”.
Papeles bien definidos
“Somos jóvenes y novatas”, admite Elisabeth Mas, pero saben muy bien a dónde quieren llegar. La confianza que comparte con su amiga y socia, Andrea Ruiz, es su mejor arma para triunfar en este complicado sector, “con un solo gesto sabemos lo que pensamos”.
Definir qué papel juega cada una en la empresa ha sido esencial para que los problemas no surjan nada más empezar. Mas, que escribe un “blog” sobre moda en la revista Elle, se encarga de las relaciones públicas y de las redes sociales, mientras que Andrea, ilustradora de moda, dirige la parte de mercadotecnia y producción.
Las emprendedoras, de 26 años, fabrican las chaquetas en Barcelona, aunque las cintas de colores que lucen sus diseños vienen de otras ciudades españolas como Alicante o La Coruña. En total, trabajan con más de 38 distribuidores, aunque a veces se enfrentan a problemas de producción que las pueden obligar a comprar fuera.
“No queremos ir al extranjero a adquirir las cintas”, defiende Elisabeth Mas, “pero trabajamos con tantos tipos que a veces es imposible encontrarlas en España”. El precio de las prendas, unos 250 euros de media, “es más alto” porque se manufacturan en España.
Vogue París o Elle España les han concedido más de una página alabando la creatividad con la que trabajan los tejidos y la capacidad para fusionar el estilo chic de las chaquetas francesas con el exotismo del estampado étnico. Pero todavía les queda mucho camino, “acabamos de empezar, nos gustaría ampliar nuestros diseños a pantalones y blusas, y tener tiendas propias”, concluye Mas. EFE.