Los encajes, las mangas tres cuartos, el escote ilusión, los zapatos con plataforma y las carteras de mano «han ayudado a doña Letizia a encontrar su propio estilo», ha dicho hoy María Luisa Funes, que considera que la reina proyecta «una imagen sencilla y juvenil, copiada por otras damas».
Según Funes, autora del libro «Estilo Letizia», editado por Planeta, doña Letizia es un «icono de moda» que influye en el estilo de la reina Matilde de Belgica, la princesa Kate Middlenton o la primera dama de México Angélica Rivera.
Desde aquel 1 de noviembre de 2003, cuando doña Letizia, con chaqueta blanca y pantalón negro, apareció junto al príncipe Felipe para anunciar su compromiso matrimonial, su estilo ha evolucionado «mucho y bien», sostiene la experta en el mundo de la moda.
Una evolución que la reina ha ido fraguando poco a poco en un proceso de «autoevaluación» durante diez años hasta encontrar su propio estilo, «un viaje que le ha llevado a éxitos y errores».
Entre sus éxitos, se hallan las siluetas ajustadas al milímetro, los escotes ilusión (escote palabra de honor cubiertos con sutiles tules y encajes), las blusas con manga tres cuartos, los bolsos de mano y los zapatos de tacón con plataforma.
«La cartera y el chal en la mano le permiten adoptar una postura erguida y solemne, sin apenas movimiento, muy característica de la reina, muy suya», subraya.
Al principio, doña Letizia utilizaba prendas «amplias, poco definidas», explica Funes, que recuerda el traje de chaqueta blanco de Armani para su pedida de mano «varias tallas más grande (de lo necesario), fruto de la improvisación».
Con el tiempo, se ha dado cuenta de que «los tejidos lisos le favorecen más que los estampados, así como las mangas ceñidas al brazo», dice la autora de «Estilo Letizia».
Por lo general viste con siluetas ceñidas, «pero últimamente ha optado por faldas de vuelo muy elegantes»; prueba de ello es el conjunto de chaqueta entallada y falda de vuelo que escogió durante su reciente visita a Bélgica.
Aunque su estilo es discreto y sencillo, «también ha cometido errores en el vestir y, a veces, ha asistido a actos con prendas de aire deportivo, faldas más cortas de lo que sería adecuado a su edad y rango, así como piezas de rabiosa actualidad que no siempre han resultado idóneas, como unos ‘leggings’ de cuero».
Para la autora, ser reina de España implica estar impecable las veinticuatro horas del día y cuidar su imagen al extremo: «Sé que es duro, pero representa a nuestro país y tiene la obligación de vestir bien».
El vestido de noche rojo con un falso escote palabra de honor, creado por Lorenzo Caprile para la boda de los príncipes de Dinamarca, ha sido el vestido más «significativo» de doña Letizia, pero ahora «no revela su actual estilo», apunta.
El blanco y el rojo son sus colores fetiche. «Los dos tonos le van muy bien, le favorecen. El primero, su favorito para los momentos más importantes de su vida, como la Coronación, y el segundo, para cenas de galas y bodas reales».
Felipe Varela es su diseñador de cabecera, y utiliza prendas de Mango, Zara o Hugo Boss. «Creo que casi todos las creaciones de Varela son muy acertadas, salvo un vestido negro con la espalda al aire; era innecesario mostrarla», detalla Funes, quien considera que la reina debería ampliar el abanico de diseñadores para abanderar la moda española.
En cuanto a los complementos, la autora del libro expresa que, dada su diferencia de estatura con el rey Felipe VI, comenzó a llevar calzados con plataforma y abiertos por delante, conocidos como «letizios». Sin embargo, ahora opta por Stilettos, modelos más sofisticados.
Hasta el momento, doña Letizia ha lucido pocas mantillas y tocados. «No se debe ver muy favorecida con estos accesorios, está guapa sin nada».
Durante estos diez años, doña Letizia ha llevado las diademas más sencillas de la familia real: «Es prudente, seguirá apostado por piezas acorde a su personalidad, pero en el momento oportuno lucirá la famosa diadema flor de lis».
Repetir modelos se ha convertido en una tendencia actual entre las reinas europeas, algo que doña Letiza hace bastante a menudo. «Es un gesto loable. Se solidariza con la situación de crisis actual, pero la virtud está en el punto medio».
El maquillaje y el peinado de la reina se ha sofisticado, y lejos queda aquel flequillo de los inicios. «La reina ha pasado por fases poco favorecedoras, como cuando se cortó el pelo en una melena francesa o cuando se lo peinó con grandes rizos para varios actos», recuerda Funes.
Según la autora, a la reina le favorece la melena lisa y los recogidos sencillos con sutiles trenzas, y no tanto la barra de labios roja.
Y en cuanto a los arreglos estéticos, Funes considera que doña Letizia «se ha preocupado de corregir algunos de sus rasgos y de borrar la huella del paso del tiempo», concluye. EFE