El aceite que conquista Hollywood

  • Salma Hayek, Marion Cotillard o Charlize Theron, son algunas de las famosas que han probado las propiedades del aceite de argán.

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    Es bueno para tu pelo, para tu piel y para tus dolores. ¡Hasta te ayuda a mantener a raya tu colesterol! Las virtudes del aceite de argán son numerosas, pero ahora comienzan a conocerse mundialmente gracias a que estrellas de la talla de Salma Hayek, Madonna o las hermanas Kardashian, que se han declarado “fans” de este aceite surgido de remotos valles del sur marroquí.

    Que no falte en tu spa

    En Marruecos el argán es un aceite milenario, usado por las mujeres bereberes de la región de Esauira y Agadir con fines estéticos y gastronómicos desde tiempos inmemoriales. En el resto del país, el aceite de argán se usaba tradicionalmente en tratamientos de belleza antes de entrar en el hamam (el baño público de vapor), o como hidratante natural para los cabellos muy secos.

     La actriz francesa Marion Cotillard es una de las celebrities uqe ha probado las propiedades de este aceite .EFE/SEBASTIEN NOGIER


    La actriz francesa Marion Cotillard es una de las celebrities uqe ha probado las propiedades de este aceite .EFE/SEBASTIEN NOGIER

    Los centros de estética y belleza surgidos en los últimos años han incluido el argán dentro de su oferta. Los hamams modernos de Marrakech y Rabat, más parecidos a un spa europeo que a un baño tradicional, ofrecen casi siempre masajes tonificantes de aceite de argán.

    Sara al Mossaui, propietaria de un Spa en la ciudad de Rabat, explica las múltiples virtudes del aceite: para el cabello seco y demasiado voluminoso, un masaje de argán en el cráneo y una máscara capilar durante 15 minutos, antes de lavarlo, alisa el cabello y lo deja mucho más brillante.

    Para la piel, es recomendable para luchar contra las estrías, y por ello es muy solicitado por embarazadas en sus últimos meses y por mujeres que se someten a tratamientos de adelgazamiento y se quedan con la piel flácida: un tratamiento de varias sesiones de masajes de argán, según Mossaui, devuelve la tersura a la piel, y se ha revelado mucho más eficaz que otros productos cosméticos en el mercado.

    Pero no terminan ahí sus beneficios: aplicado caliente en suaves masajes en zonas de dolor muscular (reumatismo, artrosis, lumbalgia o ciática), el aceite de argán proporciona una sensación inmediata de alivio, asegura Mossaui, que asegura que el argán es sin duda la estrella en su salón.

    La actriz sudafricana Charlize Theron también ha probado el aceite de argán EFE/Zipi

    La actriz sudafricana Charlize Theron también ha probado el aceite de argán EFE/Zipi

    Además, una cucharada diaria de aceite de argán crudo (increíblemente rico en Omega 3) sirve para mantener niveles muy bajos de colesterol. Hace falta, eso sí, que sea la versión gastronómica , y no la cosmética, del aceite.

    Es cierto que el aceite tiene un olor acre, causado por el tostado de las almendras del que procede, y por eso es fácil encontrarlo (al menos en Marruecos) aromatizado con esencias de naranja, limón, azahar, agua de rosas o tomillo.

    ¿Quién dijo caro?

    El aceite de argán no está entre los baratos del mercado, ya que un litro (en su versión cosmética, más cara que la gastronómica) ronda los 500 dirhams (45 euros) en una tienda en Marruecos, aunque nunca se venden en envases tan grandes.

    Sin embargo, solo cuando se conoce cuánto cuesta producir este oro líquido, puede uno comprender que se paguen esos precios.

    Para entenderlo, imaginemos un fruto del tamaño algo mayor que una aceituna, del que se desecha la pulpa exterior, para acto seguido cascar el hueso interno y extraer de su interior una delgada almendrita del tamaño de un chip de un teléfono móvil.

    Una mujer prepara manualmente el fruto del argán para obtener aceite en una cooperativa entre Marraquech y Esauira, Marruecos, país donde se encuentran cerca de 21 millones de este árbol, declarado en 1999 por la UNESCO reserva de la biosfera y patrimonio de la humanidad. EFE/Zacarías García

    Una mujer prepara manualmente el fruto del argán para obtener aceite en una cooperativa entre Marraquech y Esauira, Marruecos, país donde se encuentran cerca de 21 millones de este árbol, declarado en 1999 por la UNESCO reserva de la biosfera y patrimonio de la humanidad. EFE/Zacarías García

    Hay que tostar y moler la almendras para extraer una pasta que luego se filtra, con el fin de separar la “carne” del propio aceite. Hacen falta 20 horas de trabajo y 4 kilos de almendras (que proceden de setenta kilos de frutos) para obtener un litro del preciado líquido.

    Al laborioso proceso se añade el hecho de que el arbusto que produce el fruto del argán, de un tamaño poco mayor que el de una persona adulta, solo crece en un lugar concreto del mundo, y es en las zonas semiáridas del sureste de Marruecos, en la región delimitada por las ciudades de Safi por el norte, Agadir por el sur y Marrakech por el este.

    Si ellas supieran…

    Es improbable que las mujeres que producen el argán sepan de Salma Hayek, Marion Cotillard o Charlize Theron, una de las primeras abanderadas de este líquido de mil virtudes. Tan improbable como que las famosas de Hollywood conozcan que el argán requiere tanto trabajo y que es un producto “femenino por excelencia”, ya que en su cosecha y transformación intervienen casi exclusivamente mujeres, organizadas en cooperativas y que siguen procesos artesanales.

    Salma Hayek Pinault en una imagen de archivo. EFE/ZACARIAS GARCIA

    Salma Hayek Pinault en una imagen de archivo. EFE/ZACARIAS GARCIA

    Hay 191 cooperativas femeninas con casi 5.000 socias, establecidas en el suroeste de Marruecos, que han logrado el apoyo de ONGs extranjeras y organismos de cooperación por ver en ellas un medio excelente para mejorar la vida del medio rural, empoderar a las mujeres y explotar de manera racional una planta originaria que puede aportar un gran valor añadido a sus cultivadores.

    Sin embargo, el éxito del argán allende las fronteras ha supuesto paradójicamente un problema para sus productores: una multinacional cosmética francesa ha acaparado ya una buena parte del mercado al absorber a cientos de cooperativas y, por otro lado, ingenieros agrícolas israelíes han conseguido hacer que el argán prospere en su país. ¿Se acabó la exclusividad marroquí? ¿Caerá el argán en la implacable industria del consumo? ¿Será Hollywood su bendición o su ruina?

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