La vida puede ser más fácil gracias al diseño y a integrar soluciones a las necesidades cotidianas de nuestro entorno.
El diseño está mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos. Algo tan cotidiano como un enchufe, un carro de la compra o un lavadora pueden ser objeto de alabanza tanto como la arquitectura del último edificio de Norman Foster o la creación de interiores de Pascua Ortega.
La vida más fácil
El Museo del Diseño de Barcelona inaugura su primera exposición temporal con “Diseño para vivir. 99 proyectos para el mundo real”, en la que se muestran objetos de dimensiones y complejidad no comparables, pero que sin embargo tienen un punto en común fundamental, comenta su comisario, Oscar Guayabero: están concebidos para hacer más fácil la vida de la gente.
La voluntad de estos objetos, entre los que se encuentra un carro de la compra que incorpora un motor, un “drone” preparado para la extinción de incendios, que ahorra peligros a pilotos y bomberos o un soporte para bolsas de suero de color naranja y azul con ojos risueños, es aportar soluciones para mejorar el entorno y la sociedad, con diseños innovadores de elementos que, en muchos casos, pasan inadvertidos en nuestras vidas.
Una solución al problema
“El diseñador observa y habla con la gente, detecta un problema y busca una solución”, ese es el proceso de los objetos que se muestran en la exposición, según Guayabero.
Uno de los inspiradores del discurso “Diseño para vivir” ha sido Víctor Papanek, autor del libro “Diseño para el mundo real” (1971), que describe tres maneras de enfrentarse a un proyecto: desde un estudio de diseño occidental; trabajando en el tercer mundo o poniendo en contacto la realidad de ambos destinos.
De ahí surgió GiraDora, una lavadora secadora a pedales, ideada por Alex Cabunoc y Ji A You, estudiantes de la Escuela de Diseño de Los Ángeles, después de un viaje a Perú en el que participaron en un proyecto de ahorro
“Como mediador, el diseño tiene que abandonar la creencia de que las ideas salen de genialidades”, concluye Guayabero. Efe