Dior expone su colección a las luces de un jardín urbano

  • Bajo las luces de unas pantallas LED con ilusiones de jardín, el modisto belga Raf Simons reveló hoy los contrastes de color y los juegos de chaqueta que imaginó para el prêt-à-porter de Christian Dior, en la Semana de la Moda de París.

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    La cantante de Barbados Rihanna fue una de las primeras invitadas en llegar al espacio blanco instalado en el Museo Rodin, lugar elegido por la histórica firma francesa para descubrir la colección de otoño-invierno, y al que también acudieron la actriz estadounidense Jessica Alba y la modelo checa Eva Herzigova.

    En la primera fila también estuvo la periodista Valérie Trierweiler, habitual de la Semana de la Moda, quien reapareció así públicamente después de que se diera a conocer su ruptura con el presidente de la República francesa, François Hollande.

    En una colección que responde al nombre de «Las luces de la ciudad», no faltaron las siluetas urbanas, que caminaron bajo un techo recubierto de plataformas que simulaban una galáctica metrópolis de flores que iluminaban la pasarela.

    Simons se concentró en las piezas representativas del universo profesional de las urbes: las americanas, que descendieron largas, se tiñeron de colores y dibujaron un escote en «V» que fue retomado por otra prendas de la colección.

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    Los abrigos de lana, que compartieron con las chaquetas de traje la doble botonadura, alternaron mangas largas y a media altura, que se complementaron con unos largos guantes.

    Los volantes ondularon diagonal y asimétricamente en los bajos de unos vestidos cortos, en los lados de una levita y en el extremo de unos «foulards», que dieron vuelo a las prendas con las que se presentaron.

    El «leitmotif» de esta colección de prêt-à-porter fueron los cordones que, como si fueran los de unas zapatillas, decoraron, atados, los costados de los abrigos o el frente de algunos vestidos.

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    En los pies, la inspiración deportiva se quedó en unos zapatos de plataforma, tacón y color.

    Una serie de modelos de la colección de Simons fue acolchada: en algunos casos solo el corpiño y en otras todo el conjunto. Los volantes en relieve tuvieron una cadencia inusitada, como dejó patente la falda roja enriquecida lateralmente, que combinó con un «top» rosa.

    Los conjuntos más vistosos fueron los que aunaron dos vestidos, es decir, uno corto, recto y sobrio interior, con uno fantasioso en el exterior.

    Esta unión dio mucho juego, ya sea desde el punto de vista de la forma, que permitió asimetrías, escotes y aperturas imaginativas y cubiertas, y sobre todo desde el contraste cromático.

    Simons se esforzó por un invierno rico en color, resplandeciente, hasta tal punto que se atrevió a unir fucsia con verde, y azul con naranja.

    Se integraron en esta superposición los últimos modelos de la pasarela, que combinaron una camiseta larga de punto, bordada, con un largo vestido de seda semitransparente salpicado de una delicada pedrería.

    Un detalle que impulsó el director artístico de Dior fue el del bordado de flores a ambos lados de la apertura de un vestido, con el que estableció una continuidad, en medio de la hendidura, a la vez que pudo simular un broche, desabrochado.

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    Un estupendo vestido rosa en cachemir de línea A -un corte que se va ampliando a medida que baja hasta los pies- sobresalió por sus formas circulares, que se alzaron en el frente y cayeron largos en la parte trasera.

    Dior también presentó unas pellizas de visón sin mangas en colores fuertes, como el verde hierba o el amarillo, que las modelos llevaron en la mano.

    En esta cuarta jornada de la Semana de la Moda de París también estaban programados los desfiles de Sonia Rykiel, Isabel Marant e Issey Miyake. EFE

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