La paraguaya que se plantó frente a una duquesa en España inaugura su taller de Alta Costura en San Lorenzo.
Por Fátima E. Rodríguez
farodriguez@sd.com.py
Juana Lugo de Florentín, «Juanita» como la conocen en el Barrio Calle´i de San Lorenzo, migró a España como muchas mujeres de su barrio. «Estuve 6 años en España. Hace un año que volví y estuve en la duda: ¿Será qué me quedo? ¿Será qué me voy? Pero ahora, con esto yo ya me quedo. Esto era mi sueño y sé lo que se pasa allá. Sé lo que es vivir en España, entonces, nada se compara con esto», dice la mujer mientras termina de acomodar las cortinas del cambiador de lo que es ahora su Taller de Alta Costura que lleva el nombre de Dama Juana.
Juana cuenta que primero migró desde Misiones a San Lorenzo y luego fue a Madrid. A los 52 años se le pintó la sonrisa en los labios: el penúltimo sábado de enero inauguró su negocio. Vino el cura del barrio a hacer misa en la vereda para todos los vecinos y amigos. «¡El trabajo dignifica!», dijo el sacerdote y a Juanita se le cayeron unos lagrimones.
«Nos sentimos orgullosos de Juana, porque es una empresaria verdaderamente exitosa. Porque el éxito no se mide solo por la cuenta que uno tenga en el banco, sino por la satisfacción que uno puede llegar a tener de contribuir a su entorno, a su barrio a su ciudad a su continente. Hay muchos empresarios que se dicen exitosos que no pueden sentir ese orgullo, Juana sí», dijo Carolina Dohmen, quien desde el Proyecto Jaikatu ayudó para montar la identidad de este negocio.
Siete de cada diez paraguayos que migran a España son mujeres. Según la investigadora Sofía Espíndola, no sólo se trata de mujeres, sino particularmente de mujeres jóvenes. Del total de la población migrante paraguaya en España, el 52% (42.084) son mujeres de entre 20 y 44 años de edad. Juana no es la excepción a estas cifras y sus 6 años en España fueron de esfuerzo y sacrificio.
Juanita contó su historia a Ella mientas pedía que por favor le saquen fotos al arreglo de flores que envió su amiga desde Madrid.
-¿Cómo tomaste la decisión de ir a España?
-Porque quise lograr un sueño. Yo quería una boutique. Eso llevé en mi mente. Sinceramente, sola no iba a lograr, si no fuera con la ayuda de esta gente del Proyecto Jaikatú. Yo sé que voy a lograr mis objetivos. Ahora estoy empezando, estoy encaminada.
-¿Cómo te enteraste de este proyecto?
-Me buscaron en la parroquia de San Lorenzo de Lavapiés, ahí se acercó Adriana Insaurralde, coordinadora de Jaikatu, tímidamente a hablarnos. Al principio, sinceramente, no tuve fe. Después me dije “voy a probar, si sale sale y si no, no”.
-¿Vos querías regresar ya?
-Yo estaba en plan de regreso. Entonces, el padre que nos acompañó nos habló de Adriana y el proyecto.
-¿Con quién fuiste a España?
-Fui con mi hermana y su marido, ellos volvieron y yo fui la última en regresar. Ahora, ya estamos la familia reunida nuevamente aquí.
-¿Cómo decidiste finalmente ir? ¿Fuiste porque todo el mundo se iba?
-Exactamente… “¿Donde va Vicente?, ¡dónde va la gente!”. Todo el mundo hablaba maravillas y que se ganaba mucho. Entonces, pensé que mis hijos estaban ya todos grandes. Voy a ir a ver si no consigo para mi boutique, porque todo el tiempo yo seguía cosiendo y cosiendo, pero no podía crecer.
Este es el portal de la casa de Juanita, la entrada a su taller. Foto: Facebook
El teléfono no para de sonar. Llaman de aquí y de allá para saludar. Juanita no para de sonreír, sus ojos irradian alegría. Entonces, cuenta la historia del arreglo floral: cuando decidió emprender el retorno a Paraguay, lo hizo con su amiga Josefa. Pero Josefa decidió regresar a España.
Lo más difícil para las mujeres que migran es emprender el retorno, según el libro Migrantes. Porque ellas no sólo deben llenar las expectativas económicas de su familia, sino que en el entorno social se les exige además que responda a la carga de lo afectivo en las relaciones familiares. En muchas oportunidades, a las mujeres se les acusa de “abandonar”, cuando en realidad salen del país expulsadas por una situación económica acuciante.
-¿Allá también cosías?
-Allá también cosía los fines de semana. Allí trabajaba de interna de lunes a sábados hasta el mediodía. A partir del sábado al mediodía, en el cuartito que me daban me ponía a trabajar. Siempre que iba a una entrevista de trabajo, lo primero que le decía a la jefa era si me permitiría llevar mi máquina de coser. Dos cosas pedía llevar: máquina de coser y mi mate. Siempre tuve muy buena aceptación.
-Las chicas de Jaikatu contaron que trabajaste con una duquesa…¿Es cierto eso?
-Sí, trabajé con la Duquesa Beatríz de Orleans, con quien me divertí mucho. Al principio me gritó de todo, me trató de “inmigrante ilegal” y como yo sabía su historia y sabía que era francesa, yo le dije: “solamente una pequeña diferencia, doña Beatriz, tenemos una pequeña diferencia: usted está legal y yo estoy ilegal. Porque a mí su saco me resbala, porque somos todos humanos”. Le enfrenté y al parecer eso le gustó. Muchas veces me pidió que volviera, que trabajara con ella. Y tuve el gusto de decirle que no.
-¿Cómo ven tus hijos este emprendimiento?
-Como todo joven tiene que ver ya realizado. Me acompañan pero muy tímidamente. Mi esposo sí está a full ahora conmigo, pero mis hijos están como diciendo “vamos a mirar”.
-¿Qué extrañabas de Paraguay?
-¡Todo! Pero primero mis hijos. Mis hijos son todo para mí. Hablaba todos los días con mis hijos. Yo tenía un ordenador que me regaló un sacerdote donde hice un servicio. El sacerdote me regaló para contactarme con mis hijos. 24 horas estaba pendiente de mis hijos.
Motas blancas y negras. Círculos y colores negro y blanco forman parte de la identidad de marca de Dama Juana. Las nietas de Juanita mostraron sus últimas creaciones.
Afiche de presentación de Dama Juana
