En el primer encuentro de Asesoría de Imagen Personal, siempre abordamos la palabra: flexibilidad.
Trabajar con personas, nos exige ser más flexibles.
Entender que algo no sea tan lindo para nosotras, no quiere decir que para otra persona sí lo sea, y el punto de partida es aprender a respetar individualidades, y ser capaces de realizar una asesoría de imagen que resulte, teniendo siempre en cuenta al ser y el estilo personal.
Y así, como cada una de nosotras es única, la invitación está en aprender a ver la Imagen más allá de las ropas, sino de la suma de todas las cosas que vamos viviendo, una rutina, horarios, compromisos, elecciones, y por tanto estilo personal.
Para poder definir nuestro estilo, debemos identificar nuestras preferencias, la manera de vivir y la personalidad de cada una, por eso al estilo personal también lo vamos a poder llamar Identidad, porque nos define y diferencia del resto del mundo.
El estilo no es estático, se perfecciona a medida que vamos creciendo, y se manifiesta a través de nuestra apariencia. Es posible identificar nuestro estilo también al mirar nuestra historia, cómo fuimos criadas, la manera de vestir de nuestras mamás, tías o amigas de infancia y adolescencia (en lo que fuimos incorporando como valor) y en el tipo de vida que llevamos hoy, que medios de transporte usamos, nuestros horarios, la rutina, en qué ambientes nos movemos y sobre todo aquello que nos inspira, lo que hace que nuestra mirada se ilumine y nos dibuja una sonrisa.
Todas tenemos un estilo, y la clave para investigar y descubrirlo es, buscar sentido e importancia en los detalles de nuestras vidas y mucho en la práctica, en lo que estamos prefiriendo hoy y en lo que ya preferimos, de qué manera nuestras actividades, horarios, compromisos están surgiendo hoy y de qué manera van evolucionando, lo que es importante y lo que es prioridad, cómo somos, cómo nos sentimos, cómo queremos ser, y cómo queremos vivir y ser recordadas algún día.
Y no olvidar, que muchas veces para evolucionar en la vida, debemos dejar de vernos cómo árboles, para aprender a vernos cómo ríos: Nadie es el mismo ser determinado siempre, estamos siendo todo el tiempo.
Es un ejercicio en la vida, descubrir, identificar, y exteriorizar todo lo que somos por dentro, llevar con mucho orgullo nuestra esencia, con un cartel en la frente pertinente, eficaz y auténtico!