Claudia Schiffer, incombustible a los 45

  • La modelo cumple 45 años sin acusar el paso del tiempo y con una vida plena vida familiar.

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    La modelo Claudia Schiffer puede estar orgullosa de haber sido una de las mujeres más deseadas hace tan sólo una década, y de que hoy, que cumple 45 años, su belleza incombustible muestra la serenidad de una mujer madura y plena, que combina los contratos de publicidad con una tranquila vida familiar.

    Casada con el cineasta Matthew Vaughn, la belleza alemana tiene tres hijos: Cosima Violet de 5 años, y dos niños, Caspar de 12, y Clementine de 10; aunque la pareja se conoció en una fiesta en la ajetreada vida de Los Ángeles y se casaron en 2002, su residencia actual es un castillo en la tranquila campiña inglesa.

    La modelo Claudia Schiffer y su marido, el realizador Mathew Vaughn, posan para los fotógrafos a su llegada en 2009, a la gala de celebración del 125 aniversario de la Opera de Nueva York. EFE/Miguel Rajmil

    La modelo Claudia Schiffer y su marido, el realizador Mathew Vaughn, posan para los fotógrafos a su llegada en 2009, a la gala de celebración del 125 aniversario de la Opera de Nueva York. EFE/Miguel Rajmil

    Una modelo de estilo

    Schiffer fue descubierta, con 17 años, en una discoteca de Dusseldorf por Dominique Galas y Michel Levaton, dos cazatalentos de la agencia de modelos Metropolitan. Asombrados por su belleza y su gran parecido con Brigitte Bardot, le propusieron trabajar como modelo y se entrevistaron con sus padres para convencerles de que se trasladara a París.

    La modelo recordaba este episodio en una entrevista para la revista “¡Hola!” en el año 2000: “Estaba bailando con unos amigos y, aunque me sorprendió, no me lo tomé muy en serio. Después, invitaron a mis padres a París, y les explicaron qué pretendían de mí, es cuando comencé a pensar que estaban hablando de verdad”.

    Se trasladó a la capital de la moda en 1988 junto a su madre y desde el primer momento se convirtió en una de las modelos más cotizadas por las revistas, que la etiquetaron como la “nueva Brigitte Bardot”. En una de estas sesiones para Vogue, la descubrió su compatriota Karl Lagarlfeld, diseñador de Channel, que la convirtió en la modelo estrella de la firma.

    La modelo alemana Claudia Schiffer (d) y el diseñador Karl Lagerfeld (i), sonríen en 2008, durante la ceremonia de entrega de los premios "Elle Estrella de la Moda"/EFE/Soeren Stache

    La modelo alemana Claudia Schiffer (d) y el diseñador Karl Lagerfeld (i), sonríen en 2008, durante la ceremonia de entrega de los premios «Elle Estrella de la Moda»/EFE/Soeren Stache

    Contratos millonarios

    Su carrera está cuajada de contratos millonarios para firmas de cosméticos como Revlon y firmas como Guess, que recientemente, 23 años después de su primera campaña de publicidad, la rescató para protagonizar su nuevo anuncio.

    Aunque hoy en día lleva una apacible vida en Suffolk (sur de Inglaterra), sus primeros años transcurrieron entre Nueva York y el barrio de Marais, en el corazón de París, con frecuentes escapadas a Dusseldorf para visitar a su familia.

    En la década de los noventa comenzó a hacer sus pinitos en el cine y la televisión, y sus apariciones en las pasarelas se redujeron bastante. Su mentor, Karl Lagarlfeld, llegó a decir que Claudia “estaba pasada de moda” y que era buena para la cámara, pero no para desfilar.

    Y es que según el “kaiser”, el prototipo de belleza que ella representaba -una belleza clásica de sinuosas curvas-, estaba cambiando a favor de las modelos esqueléticas, que rozaban la anorexia.

    A pesar de estas predicciones, la modelo nunca ha llegado a dejar del todo el mundo de la moda, y ha combinado su carrera como modelo con incursiones en otros negocios como el Fashion Café, junto Naomí Campbel y Elle Macpherson.

    Modelo de solidaridad

    Entre sus aficiones se encuentran la lectura, con especial predilección por las biografías de pintores, y el arte. Es fácil encontrarla en las salas impresionistas del Museo D’Orsay de París y las galerías de arte contemporáneo.

    Schiffer, que desde pequeña veranea en Mallorca y es católica practicante, colabora además con asociaciones de protección de la infancia y de ayuda a enfermos de SIDA.

    Trabajó con Unicef en un proyecto para la erradicación de la polio en el mundo en Bangladesh, algo que le llena, según declaró en la misma revista: “Se me encoge el corazón cuando pienso en los niños y lo que tienen que hacer para conseguir una vacuna, agua y alimentos. Creo que lo mejor que me ha pasado ha sido descubrir como esas personas tan pobres (de Bangladesh), tan necesitadas de bienes materiales, afrontan la vida”.

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