La supermodelo israelí se ha visto en medio de un sonado escándalo al protagonizar un anuncio de gafas en el que no deja en buen lugar a las mujeres que no tienen su ajustada silueta.
El anuncio, que se ha colgado en Youtube, muestra a un hombre apreciando las dotes de baile de Rafaeli alrededor de una barra de metro mientras expone toda su sensualidad, pero cuando el sujeto se pone las gafas descubre que la bella rubia de ojos azules es en realidad una mujer entrada en carnes.
Las quejas no tardaron en llegar al Canal 2 de la televisión israelí, y mientras unos espectadores consideraban que el anuncio describía a la mujer como un «objeto sexual», otros aludían al desprecio que mostraba hacia mujeres de siluetas más anchas, informó hoy el diario Yediot Aharonot.
«Es decepcionante e insultante que una mujer como Rafaeli, que puede influir en las actitudes del público, haga la deliberada elección de perpetuar las dañinas percepciones sobre las mujeres», dijo Galia Wolloch, directora de la asociación sindical de mujeres Naamat.
En una de las cartas al defensor del espectador del Canal 2, un espectador exige retirar el anuncio porque describe a la mujer como «objeto sexual», mientras que otro alude a la supuesta decepción del varón cuando Rafaeli se transforma en una mujer más peso.
«No todas tenemos la talla de Rafaeli, y no por eso somos peores», dijo al diario una espectadora.
En otras quejas y debates por radio, algunos comentaristas explicaron que el anuncio sugiere que una mujer entrada en kilos no puede ser bella.
El anuncio lo hizo la modelo para una firma local de gafas, Carolina Lemke, en la que tiene un número indeterminado de acciones y que en el pasado estuvo rodeada de polémica por desinformación al consumidor.
De nombre alemán, por su diseñadora, la demanda exigía una millonaria compensación porque la firma era en realidad israelí y las gafas estaban fabricadas en China.
El principal accionista debió explicar que la diseñadora, su propia mujer, era en realidad alemana y de ahí el nombre de la firma.
El Canal 2 de televisión tendrá que sopesar ahora si ordena retirar el anuncio por herir la sensibilidad del público. EFE