Con técnicas de costura de antaño, la firma madrileña revisa los códigos de la alfombra roja a base de pedrería, encaje, color y un diseño que enamora.
Diego Villalba toma las riendas del negocio familiar con una original propuesta que combina el lujo de las prendas hechas con técnicas de costura tradicional y un diseño “cañero”, que está ganando el favor de celebrities y las clientas de alto poder adquisitivo.
El diseñador se hizo cargo de la firma en 2007, al comienzo de la actual crisis, más de veinte años después de que su padre, Alfredo Villalba -que da el nombre a la firma-, abriera su primera tienda en Madrid orientada al público de clase alta del madrileño barrio de Salamanca.
“El mercado nos ha obligado a reinventarnos. Cuando empezó mi padre, no había tanta competencia; ahora sí, y como no podíamos competir en precio decidimos apostar por el superlujo”, argumenta Diego Villalba en declaraciones a Efe Estilo, que define su propuesta como “alta costura”.
Vestido de Alfredo Villalba para el próximo invierno/ ALFREDO VILLALBA
Los códigos conservadores de su padre y sus exitosos trajes de chaqueta se sustituyeron por un estilo “desenfadado” y roquero, que trata de conquistar a un público más joven.
Sus vestidos de noche, que comienzan a ser habituales en las alfombras rojas, están cuajados de pedrería, encaje y ricos tejidos que combina de un modo ecléctico, y con mucho protagonismo al color.
Todos los abalorios y encajes -dos de sus elementos más habituales- se cosen uno a uno a mano, en un proceso de trabajo que en el caso de algunas prendas conlleva decenas de horas de trabajo, hasta que la pieza cobra vida.
“En este taller se trabaja como hace veinte años”, señala el director creativo de la firma, que trata de poner en valor esta faceta artesanal de hacer moda, más propia del siglo pasado, y que contra todo pronóstico no entiende de crisis.
Mirando al mercado extranjero
Esta peculiar dirección creativa le ha hecho ganar el favor de compradoras tan célebres como Paris Hilton, la modelo Natasha Yaroveko o la mujer del presidente de México, Angélica Rivero, que llevó uno de sus vestidos en su última recepción con los reyes de España.
Desde la apertura de una nueva tienda en Puerto Banús (Marbella), su clientela extranjera ha crecido con compradoras de Rusia, México y China, lo que ha derivado a una prometedora fase de expansión internacional, que actualmente tiene con proyectos en Qatar, Londres, Nueva York y Rusia.
“La tienda en Marbella fue determinante. Nuestro objetivo es llegar a ser un proyecto global”, avanza Villalba, que cuenta cómo las compradoras mexicanas son sus más fieles compradoras, una de ellas espero tres semanas en Madrid hasta que terminó el vestido de novia que le encargó.
Vestido de Alfredo Villalba para el próximo invierno/ ALFREDO VILLALBA
Piezas con más de 200 horas
Los diseños de Alfredo Villalba mezclan colores y materiales en clave ecléctica: Uno de sus vestidos de noche combina la seda estampada sobre neopreno con un entramado de rica pedrería y encaje, mientras que otro juega con el encaje tradicional con otro mas moderno realizado en silicona, sin olvidar una chaqueta “biker” realizada en exótica piel de anguila.
Algunas de sus prendas alcanzan las 200 horas de trabajo, aunque ninguna baja de las treinta, explica Villalba, que compra en el extranjero los tejidos “más raros” para luego combinarlos en vestidos que juegan con las transparencias y que llegan a mezclar hasta siete tipos distintos de tejidos, con cierta predilección por el encaje y el guipur.
“Casi siempre parto de dos temas antagónicos, con un toque de los ochenta. Me gusta que las prendas sean alegres y divertidas, muy cañeras, nada ñoño”, resume el diseñador que no pierde de vista la calle.
