Por 12 años, el Asunción Fashion Week fue la principal vidriera de la industria local y, también, la muestra de lo estático del diseño paraguayo. Con 5 días de actividad, 3 de ellos dedicados exclusivamente a desfiles, el evento sirvió para notar los aciertos y hacer evidentes algunos puntos que debemos mejorar.
Por Patricia Arévalos
El domingo 30 de agosto, los desfiles arrancaron más temprano que los días anteriores. Fue UPAP el encargado de dar el último primer desfile de esta edición Spring Summer 2015-2016 con una muestra de los alumnos de la carrera de diseño. Con más de 60 diseños originales, los estudiantes dieron una lección de moda a varios veteranos del medio, definitivamente.
El ganador de la edición 2014 de Pilar Puro Talento, Hernán Álvarez, presentó una colección muy completa, masculina y femenina, con su marca Halvarez. Con un buen uso de estampados primaverales, no solamente con motivos florales, Álvarez logró representar a una mujer moderna y femenina con outfits que van de lo casual a lo más elegante.
Acompañada por los trajes de baño de Giselle Meyer Bikinis, Tanya Villalba expuso su nueva colección en la pasarela del AFW. Sirviéndose de plataformas, concentró su atención principalmente en sandalias y zapatos veraniegos, aunque no faltó el ocasional par deportivo que se saliera del molde.
Cuando le llegó el turno a Ofelia Otello, de la diseñadora Ofelia Aquino, la sala se vio inundada por voluminosos vestidos de fiesta y modernos trajes de novia que dejaron con ganas de más al público. La campaña fue creada en colaboración con el artista plástico Ricardo Migliorisi y acompañada por los zapatos de Jorge Bischoff. Aquino compartió los aplausos finales con Cynthia López, de la agencia de modelos IN, antes de continuar con el cronograma del evento.
María Sonia Gauto convocó a sus invitados a acompañarla en un jardín de dulces aromas y tiernas flores de estación. Las modelos desfilaron entre gasa, encajes, brillos modestos y grandes capas que provocarían la envidia de cualquiera. Digno de resaltar es el trabajo detrás de cada prenda, con las flores bordadas en los lugares indicados para complementar los trajes vaporosos. Cada mujer que pasó por la pasarela parecía formar parte de una exclusiva fiesta romántica celebrada al atardecer en alguna pradera, con árboles a los costados que enmarcan cada creación.
Caro Benítez Make-Up Studio y Stephanie Barrail compartieron el siguiente segmento. Al principio, fuimos testigos de una boda con invitadas superelegantes y una novia de ensueño, personificada por Alba Riquelme. Las invitadas parecían salidas de un cuento griego con hombros cruzados, vestidos sueltos ceñidos sencillamente en la cintura y sutiles detalles dorados. La escena sirvió para mostrar las tendencias en maquillaje y peinado para el Verano 2016.
Luego del saludo que brindó Carolina Benítez al público, Stephanie Barrail envió a su ejército de belleza, todas vestidas de nude, blanco, rosa y violeta, con tul en algunos detalles y faldas con pesadas caídas en otras propuestas. Esta fue la primera aparición de Barrail en la Semana de la Moda de Asunción, y vaya que dejó alta la barra para la próxima entrega.
Por otro lado, Beverly Kuhl es toda una veterana en el ruedo de la moda. Sus elfas pasearon por un bosque encantado con siluetas etéreas en tonos pasteles, claros, adaptables a la fiesta más lujosa o a la celebración más romántica. Sus opciones de traje para novia fueron refrescantes; siendo el pant suit de encaje con crop top y capa uno de los preferidos de la noche. Las flores de tela bordadas en faldas y bustos son una constante en esta nueva colección, que también formó parte del showroom este año.
Con un maquillaje que recuerda a Charlize Theron en Mad Max: Fury Road, los ángeles del paraíso de Carlos Burró llegaron para cerrar la noche. Rosas, peonías, hojas y demás elementos de la naturaleza fueron la obvia inspiración de Carlos Burró. En su cuenta de Facebook, el diseñador compartió con sus seguidores que más de 200 personas, muchas de ellas pertenecientes a proyecto Ikatu, formaron parte de la producción de los 23 looks que conformaron el desfile.
Bordadores, teñidores y otros artesanos de la moda trabajaron bajo la batuta de Burró. Una a una, cada modelo salió del backstage para pasar por la puerta abierta de una jaula, una referencia a las aves del paraíso que dan el nombre a la colección. Como en cada cierre, la organización unió las dos salas de la Conmebol para dar lugar a los cientos de asistentes que colmaron el espacio físico del AFW.
El desafío pendiente
Luego de un tiempo de asistir con frecuencia al mismo evento (y al finado Paraguay Alta Moda), es inevitable caer en comparaciones que muchos calificarían de odiosas, pero que otros ven como necesarias, principalmente entre propuestas de las distintas marcas. Año tras año, muchos diseñadores caen en la repetición, actualizando los colores sin variar en cortes, formas y texturas. No me sorprendió ver esta semana algunos vestidos más que similares a los presentados en el 2013.
Este fenómeno no parece tener un origen claro: ¿es el público el que limita la creatividad o es el mismo creador el que falla en ofrecer opciones? Lo que sí se observó en estos días fue la energía con la que jóvenes e inexpertos se han lanzado a la aventura de experimentar con tendencias, participando del flujo mundial que es la moda. Un claro ejemplo fueron los desfiles de Pilar Puro Talento, y de los estudiantes de las universidades Americana y UPAP, donde los diseñadores, quizás sin necesidad de impresionar a clientes, mostraron una manera diferente de interpretar las trends que vemos todos los días a través de Instagram, Pinterest, noticias y desfiles de las mejores pasarelas de moda del mundo.
El secreto no parece hallarse en la originalidad, sino en la reinvención de una firma o el empleo creativo del leitmotiv de cada temporada. Es admirable encontrarse con marcas que permanecen fieles a su ADN aún siguiendo tendencias mundiales; es inevitable ver un color o un corte específico repetirse infinitamente, pero el valor, a mi criterio, se halla en ofrecer más que la simple tendencia a un público que a cada día que pasa se vuelve más consciente de lo que sucede a su alrededor.
Existen otros desafíos, como es el de mejorar la organización del evento en sí mismo. Año tras año, también, ocurren los mismos retrasos, aunque fue en la edición pasada la que colmó muchas paciencias, al parecer, porque la convocatoria multitudinaria de la temporada anterior no se repitió, a pesar del gran clima y de la presencia de grandes referentes de la moda internacional. Personalmente, la falta de amabilidad en los guardias de seguridad apostados en cada entrada a los desfiles me sorprende cada vez que gritan, lanzan improperios, empujan a los invitados o, simplemente, eligen a dedo quiénes pueden pasar a las salas antes, mostrando una total falta de respeto a los protocolos que el Asunción Fashion Week fija con anterioridad. Los acomodadores no hacen sino tratar de remediar los atropellos o molestias causadas por el personal a cargo del ingreso a cada espectáculo.
Son objetivos que la comunidad debe acompañar, como cliente o como público. En esta ocasión fuimos testigos del poder de la inclusión social -y laboral- de personas con discapacidad, un proyecto digno de aplaudir por donde se lo mire. El mensaje fue claro, el medio fue ideal y la acción, perfectamente ejecutada. Esperemos volver a ver a los modelos de la agencia IN en las ediciones siguientes de la Semana de la Moda de Asunción.