Esta historia de lealtad surgió entre un perro callejero y una azafata, quien decidió adoptar al can que la esperaba tras cada viaje que la misma realizaba a Buenos Aires.
Rubio es un perro mestizo, que vivía en las calles de Puerto Madero, Argentina. Olivia Sievers es una azafata de la aerolínea alemana Lufthansa, quien cada vez que tenía un descanso en Buenos Aires, dormía en un hotel de la ciudad.
La historia de Rubio comenzó cuando Olivia encontró al perro en la calle en uno de sus tantos paseos por la ciudad, durante su estadía. El primer encuentro fue un flechazo para el can, quien en aquella oportunidad recibió el cariño y alimentos por parte de la azafata.
Foto: Captura de pantalla.
En octubre del año pasado, Olivia viajó con su aerolínea a Buenos Aires. Cuando llegó al hotel encontró en la puerta a un perro vagabundo. Fue amor a primera vista. Al otro día, durante un paseo por la ciudad, el perro no se despegó de su lado. Al otro día volvió a Alemania. Una semana después, en otro viaje a Buenos Aires, se llevó una sorpresa: allí estaba Rubio, como lo llamó, esperándola frente al hotel. Olivia se puso entonces en contacto con Mascotas Puerto Madero Adopciones Responsables, una asociación que desde su creación, hace 4 años, atendió a unos 400 perros vagabundos y entregó en adopción a más de 230, publica el portal Verne.
Pese al deseo de la organización de ayudar al perro, él estaba empeñado en reunirse con Olivia y se escapó de un un hogar que lo había acogido. Lo hizo para ir nuevamente al hotel en el que Olivia se hospedaba cuando visitaba Argentina y allí esperó por ella durante seis meses.
En ese momento la ONG asumió la organización del traslado a Alemania, hasta donde Rubio viajó solo. “Ahora vive en una casa grande, con un jardín rodeado de campo. Está todo genial. Olivia nos manda fotos del perro a Facebook y nos cuenta lo bien que está Rubio”, dice Rota.