- mayo 1, 2013
Es cierto que tener paneles solares en casa para producir agua caliente es, por ahora, más propio de una ecovilla que de un departamento de la gran ciudad. Pero eso no significa que no se puedan llevar adelante estrategias de ahorro que devengan en beneficios para el medio ambiente –menos contaminación y menos desgaste de los recursos naturales- y también para la economía del hogar.
Para empezar, lo importante es ubicar con qué se gasta energía en una casa:
La iluminación, el horno, las estufas, el calefón / termotanque, el aire acondicionado frío o frío calor, los ventiladores, el microondas, la plancha, el lavarropas, el secarropas, el lavavajilla, el secador de pelo y la planchita alisadora
Los electrodomésticos pequeños, como por ejemplo la licuadora, el exprimidor eléctrico, la tostadora, la multiprocesadora, la cafetera, la sandwichera, la batidora eléctrica, el robot procesador de mano, el cuchillo eléctrico, etc.
Aprovechar la luz natural es el primer paso en una estrategia de ahorro, pero aunque parezca sencillo, el hábito de accionar el interruptor cuando se ingresa a un ambiente hace que se prenda la luz incluso en pleno día. Por eso, tomar conciencia y comprometer en esta estrategia también a los chicos es un proceso de aprendizaje que lleva tiempo.
Cambiar las lámparas incandescentes por bombitas de bajo consumo es una opción que puede requerir una pequeña inversión inicial pero que permite un gran ahorro a partir de su colocación, porque las lámparas de bajo consumo ahorran un 80 por ciento de energía y duran un promedio de 6000 horas, seis veces más que las incandescentes.
Abrir cortinas, levantar persianas y pintar los ambientes de tonos claros son otras formas de ganar luminosidad.
Hay que evitar estar abriendo la heladera permanentemente, lo mismo que el freezer, no recargarla, descongelarla y limpiarla con frecuencia y controlar que las gomas de las puertas estén en buen estado y garanticen un perfecto aislamiento.
Para aprovechar al máximo el horno, es conveniente hacer varios platos cuando se lo enciende: prenderlo para calentar unas tostadas es un derroche, pero se puede cocinar un pollo en la parrilla, una carne en un estante y una torta en el otro sin que los alimentos tomen el sabor de los otros.
Como el mayor gasto del lavarropas se produce cuando tiene que calentar el agua, se recomienda lavar con agua fría, que además arruga y maltrata menos la ropa. Además, hay que tener en cuenta que siempre es preferible hacer un lavado con la carga completa que tres con poca ropa. Mantener limpio el lavarropas y sus filtros también es fundamental para que no gaste en exceso. El lavavajillas en frío también permite un ahorro importante de energía.
En relación a la plancha, hay que tener en cuenta que el encendido es lo que consume más energía y que conviene mantenerla prendida un rato antes que estar prendiéndola y apagándola por períodos breves. Por eso es mejor juntar un canasto de ropa antes de ponerse a planchar y separar la ropa que necesita plancha de la que no lo necesita antes de iniciar el proceso. Mantener la plancha en buenas condiciones de funcionamiento y limpieza es importante para el ahorro y también para la seguridad de quien usa el electrodoméstico.
Con los pequeños electrodomésticos, hay que usarlos sólo cuando resulta indispensable: una zanahoria se puede rallar con el rallador de mano, pero para medio kilo se justifica el uso de la multiprocesadora. No dejar la televisión encendida para usarla de “radio” ni mantener electrodomésticos en “piloto”, porque gastan de más.
Para ahorrar en calefacción lo más importante es aislar la casa lo mejor posible: cerrar las cortinas y persianas durante la noche, colocar alfombras sobre los pisos de madera o cerámica, controlar que las ventanas cierren lo más herméticamente posible y colocar burletes para que el aire frío no se cuele por las hendijas, son algunas formas de evitar la fuga de calor.
Fuente: www.universomujer.com