El trabajo, los estudios y otras tareas fuera del hogar impiden, a veces, mantener la casa limpia y ordenada en un cien por ciento. Para ayudarte con las labores domésticas, Ella te sugiere unos trucos prácticos.
Los productos de limpieza no siempre tienen un precio accesible en el mercado por lo que, hoy en día, muchas mujeres recurren a preparados caseros para mantener la casa higienizada.
Estos trucos pueden ayudarte:
Alfombra como nueva: colocá en una cubeta agua tibia, un chorrito de amoniaco y zumo de un pepino. Pasá el preparado por la alfombra con un trapo y recogerá toda la suciedad.
Quitá hongos: poné en una cubeta aproximadamente 10 litros de agua, agregá dos tapas de cloro y un puño de sal. Con un cepillo, frotá bien por todo el baño y listo.
Limpiá vidrios: poné en un recipiente agua caliente con buen chorro de vinagre. Limpiá los vidrios con trapos limpios y quedarán resplandecientes.
Hornos relucientes: aplicá bicarbonato en el horno caliente y dejá que actúe durante una hora. Pasado el tiempo limpiá con trapo húmedo.
Escobas limpias: meté durante un rato en un cubo lleno de agua con una cucharada sopera de amoniaco. Enjuagá después a fondo con agua limpia y esperá a que se sequen por completo antes de volver a utilizar.
Acabá con el brillo en pantalones: es común que al planchar los pantalones queden los antiestéticos brillos de color negro. Para hacerlos desaparecer frotá la prenda con una esponja con vinagre blanco. Poné encima un paño blanco mojado solo con agua y planchá con la tela encima. Los brillos desaparecerán.
Planchar ropa de algodón: es difícil sacar las arrugas de las ropas de algodón. Poné la prenda en una bolsa de plástico y llevá al congelador hasta que vayas a planchar. Sacá e inmediatamente planchá. Al sacar quedará como almidonada y fácil de extender las arrugas.
Ropas más blanca: cuando las prendas permanecen guardadas durante mucho tiempo aparecen manchas amarillentas, difíciles de eliminar con un simple lavado. Para devolverle su color blanco inicial, poné sobre ellas un poco de leche fría, déjala reposar durante un rato y después lavá la prenda normalmente.