Levantar las copas y brindar por un año que pasó y por el que vendrá, sin duda es uno de los mejores momentos de las celebraciones de fin de año. Pero, ¿de dónde proviene esta tradición?
El hecho de brindar tiene distintos orígenes y algunos lo atribuyen a unos soldados alemanes, quienes después de saquear Roma alzaron las copas llenas de vino frente a su rey Carlos V y dijeron «bring dir’s», que significa «yo te ofrezco».
Otros lo atribuyen a los griegos y romanos, ya que cuando se hacían banquetes el anfitrión levantaba su copa y bebía para demostrar que no había veneno en el vino.
También se dice que la tradición de chocar las copas se hereda de los romanos, pues decían que al tomar un trago debían disfrutarlo con los cinco sentidos y la única manera de hacer partícipe al oído era chocando las copas.
Antiguamente, el propósito principal del brindis era demostrar confianza, ya que, al igual que los griegos y romanos, se intentaba demostrar la falta de veneno en las copas al chocarlas e intentar salpicar la bebida de una a otra y mezclar el contenido.
Hoy en día el brindar se utiliza para expresar alegría o buenos deseos; y es en los últimos días del año en que sale a relucir.
La historia del champagne
El nombre champagne proviene de una provincia del este de Francia. La tradición de duchar a las personas con champagne surgió en 1907, esto para celebrar la victoria del príncipe Gorghèse después de ganar una carrera automovilística de Pekín hasta París.
Para su elaboración clásica se utilizan las uvas chardonnay, pinot meunier y pinot noir. Las burbujas provienen de una segunda fermentación dentro de la botella y agregando azúcar para que consuma la levadura restante y genere gas carbónico.