- enero 5, 2015
Estamos en la víspera de la «llegada de los Reyes Magos» y en nuestro país la tradición nos invita a regalar alegrías a los más pequeños de la casa. Pero, ¿cuáles son los regalos adecuados?
Los mejores juguetes no son los mas caros, sino los que proporcionan más tiempo de juego y se adaptan a los gustos, el carácter y el momento evolutivo del niño. Y recordá: son necesarios para el desarrollo del pequeño, pero no eximen a los padres de jugar con sus hijos.
Tené en cuenta estos criterios:
Lo primero es atender las preferencias de sus futuros dueños: el juguete debe servir de diversión y entretenimiento. Pero, a la hora de comprarlos, deberíamos estar pendientes de que cumplan estos siete objetivos:
- Que cumplan las normas de seguridad vigentes.
- Que no sean sexistas.
- Que sean adecuados a la edad del niño y a su momento evolutivo.
- Que no sean muy sofisticados.
- Que fomenten la comunicación.
- Que sean agradables para los sentidos del niño.
- Que no sean bélicos ni violentos.
Pensemos también en si hay otros hermanos más pequeños en casa. Los accidentes ocurren porque es imposible supervisar en todo momento el juego infantil. Con estas normas básicas, lo siguiente es saber qué tipo de juguetes es más apropiado para cada edad.
0-6 meses. Observa todo lo que ocurre a su alrededor
Para nuestro bebé todo es nuevo, así que nos sorprenderá con su enorme curiosidad. Le veremos escuchar atentamente los sonidos, seguir con la mirada a personas y objetos y, a partir de los tres meses, ya será capaz de coger cosas, agitarlas y llevárselas a la boca. Los juguetes le ayudarán a diferenciar colores, texturas, sonidos, movimientos… Pero no olvidemos que el principal juguete para un bebé son sus papás.
Podemos comprarle:
- móviles para la cuna;
- artilugios musicales;
- sonajeros de colores vivos;
- muñecos blanditos de goma o tela;
- anillas grandes para agarrar y morder;
- mantitas de actividades;
- libros de tela o plástico;
- bloques multicolores…
6-12 meses. No para un momento: se voltea, repta, gatea… ¡Rebosa vitalidad!
Si está tumbado boca abajo, se desplaza rodando hasta alcanzar sus juguetes. Puede pasarlos de una mano a otra y tirarlos mil veces. Enseguida será capaz de reptar, tal vez gatee y, muy pronto, podrá ponerse de pie. Como ya se sienta, su mundo de juegos se amplía. Le encanta parlotear y que respondamos a sus balbuceos, señalará lo que quiere, y ¡ay si no se lo damos!
Necesita:
- muñecos blanditos;
- pelotas, tacos y aros;
- encajables sencillos;
- juguetes musicales, sonoros y con teclas;
- juegos de baño;
- libros blanditos;
- bloques para meter y sacar;
- arrastres…
1 año. Primeros pasos hacia la independencia
Comienza a andar y a despegarse de papá y mamá, aunque se vuelva, muerto de miedo, en cuanto no les siente cerca. Ya sabe pedir y exigir lo que quiere, con una palabra o con gestos imperiosos. Su afán de exploración no conoce límites, y no podemos quitarle la vista de encima ni un solo instante.
Le gustan:
- los correpasillos, columpios, arrastres… y todo lo que se mueve;
- juguetes que emiten sonidos (causa-efecto);
- juguetes que prueban las leyes físicas: arrastrar, golpear, abrir, cerrar…
2 años. Ya quiere tomar sus propias decisiones
El niño ya tiene opiniones y deseos propios, expresa su voluntad y desea tomar decisiones. Claro que, a veces, se enrabieta al comprobar que todavía tiene un montón de limitaciones. Nuestro niño es un terremoto: todo lo toca, va de acá para allá, lleva y trae cosas, hace mucho ruido… Quiere aprender a todas horas y disfrutará un montón imitando a los mayores. Aparece la concentración en el juego, y ya no solo es capaz de representar papeles, sino también de pensar en la mejor forma de levantar una torre.
Necesita:
- muñecos y accesorios;
- granjas con animales;
- coches y camiones;
- teléfonos;
- carros para transportar cosas;
- pinturas;
- libros (como a cualquier edad);
- útiles para jugar con agua y arena.