¿No te ocurrió que un día compraste muchos tomates del supermercado? Lo más probable es que se terminaron pudriendo y tuviste que tirarlos. En Ella te sugerimos que le des buen uso a los tomates antes que se echen a perder.
1. Salsa de tomates frescos sin cocción: quitá el centro y las semillas. Cortá en cubos. Agregá aceite de oliva, jugo de limón o vinagre balsámico, ajo picado y un ramo de hojas de albahaca fresca picadas. Mezclá con pastas calientes y espolvoreá con queso rallado justo antes de servir.
2. Salsa de tomate con cocción: calentá aceite de oliva en una cacerola grande; agregá una cebolla picada, ajo picado, un par de zanahorias en trozos. Salteá hasta que los ingredientes estén tiernos.
Incorporá 1,5 kg de tomates pelados sin semillas. Cociná a fuego lento durante una hora o hasta que los tomates se hayan derretido; dejá enfriar y hacé puré. Agregá un poco de albahaca y orégano y salpimentá a gusto. Volvé a colocar sobre el fuego y cociná lentamente hasta obtener la textura deseada. Usalos en el momento o dejalos enfriar y congelalos.
3. Crema de tomates: pelá y quitá las semillas de 500 gramos de tomates perita. Colocá en una cacerola grande a fuego lento y cociná aproximadamente una hora, hasta que los tomates se derritan.
Llevá a hervor y agregá una pizca de bicarbonato para evitar que la leche se corte. Incorporá 2 tazas (500 ml) de leche entera y calentá justo antes de su punto de hervor. Poné sal y pimenta. Serví inmediatamente o dejá enfriar y congelá.
4. Tomates para pizza: cortá el tomate por la mitad y retirá la parte del centro. Colocá en una placa para horno con la parte cortada hacia arriba y rociá con aceite de oliva; espolvoreá con un poco de sal y horneá de dos a tres horas a 100°C. Dejá enfriar y congelá con el aceite. Sirven para pizzas o pincelados sobre pollos o pescados.
5. Jugo de tomate: cortá los tomates en cuartos, cociná a fuego lento en una cacerola no reactiva durante 10 minutos, presioná contra un colador y descartá los sólidos. Agregá sal a gusto y, si fuera necesario, un poco de azúcar para equilibrar. Colocá en recipientes y congelá.
6. Salsa: quitá el corazón y cortá en dados unos tomates maduros. Agregá cebolla dulce o morada picada, ají, jugo de lima a gusto, dos a tres cucharadas (30 a 45 ml) de cilantro fresco picado y sal. Mezclá bien y refrigerá durante una hora antes de servir.