Se acerca el otoño y el clima sufre variaciones. Si las prendas abrigadas se encuentran guardadas ¿cómo lavar para lucir en los días frescos?
El clima en tiempos de otoño es agradable aunque algunas veces sufre variaciones con lluvias o lloviznas.
Como no pasó el verano muchas personas siguen manteniendo los abrigos bien guardados, pero cuándo refresca aparece el problema, se encuentran sin prendas que vestir.
En esta nota te damos consejos para lavar abrigos, especialmente los de lana, que son más complicadas y significa un viaje costoso a la tintorería, en caso de tomar esta opción.
La web Cómo Hacer, menciona que algunos abrigos traen consigo una etiqueta que dice «lavado en seco», aunque es posible lavarlo a mano utilizando un jabón suave y para lana. Es importante mantener la temperatura del agua fría y evitar meter a la secadora de ropa.
Prepará la ropa de lana antes de lavar
1. Verificá si la prenda necesita ser lavada: Las manchas pueden ser retiradas una vez secas, sin necesidad de sumergir la prenda entera.
Pero si la suciedad ya es generalizada, debido a los múltiples usos o por haber estado expuesta a humo u olores desagradables, entonces definitivamente necesita un lavado.
2. Quitá de la prenda: los cintos, broches, botones sueltos, el contenido de los bolsillos y todo lo que pueda raspar el tejido durante el lavado. Si posee etiquetas, lee detalladamente antes de comenzar, allí podrás tener en cuenta sus cuidados.
3. Si las etiquetas fuesen de cartón o papel: lo mejor es retirarlas con cuidado antes de mojar. Incluso algunas prendas poseen etiquetas internas en donde se colocan los dispositivos de seguridad y los botones extra, y lucen la advertencia de que deben ser retiradas antes de usar o lavar.
4. Cuidado con: los cierres, broches y botones para lavar de modo de evitar que se deforme. Luego, sumergí en agua fría durante una o dos horas antes. Esto hidratará el tejido, permitiendo una mejor remoción de manchas, y evitando que la prenda se encoja.
5. Llevá al lavadero con agua templada o apenas cálida: es importante incorporarle un poco de jabón blanco disuelto. Si querés un lavado más profundo, agregá al agua un poco de jabón de lavar para prendas delicadas.
No utilices jabones agresivos y no te excedas en la cantidad de jabón utilizado; es mejor que sea poco.
6. Verificá la existencia de manchas puntuales: para ir retirándolas con cuidado raspá con un pequeño cepillo en desuso, ya sea de uñas o de dientes y jabón blanco.
7. Sumergí la prenda dentro del agua: de modo que las hebras se friccionen a sí mismas. Podés apretar con las manos las mangas y los puños, pero nunca frotar.
8. Retirá la prenda del agua: presioná para quitar la mayor cantidad posible de líquido. Luego, envolvé dentro de una toalla absorbente y torce, para quitar aún más.
9. Luego de escurrida la prenda: la mejor manera de secarla es sobre una toalla colocada en una superficie plana, como una mesa.
10. Si tenés tendedero de alambres: acomoda la ropa allí arriba, para que no se estire como sí sucedería al tenderla con perchas. Procura dejar con la mejor forma durante el secado.
Es recomendable secar a la sombra y en un sitio ventilado. El sol directo podría desteñirla, mientras que el clima húmedo o la zona con encierro la dejaría con olor a humedad. No uses la secadora, ya que puede enganchar el tejido y rajarlo.
Para planchar la ropa de lana, lee la etiqueta de cada prenda. Existen prendas que no lo admiten y otras que si pero a baja temperatura. Y en lugar de humedecer nuevamente para alisar, procura planchar cuando aún está apenas húmeda.
No la guardes en el placar hasta que esté completamente seca y fría.