- junio 23, 2020
Los besos son una clara manifestación de amor y protección. En cada beso se debe entregar el alma, para que el otro nos sienta.
Unos buenos besos permiten revivir y recuperar la intimidad y relación sexual, siempre y cuando ésta, no esté dañada, es decir, si existe amor y un deseo de recuperar la unión. De lo contrario, el fracaso será inevitable.
Cuando se besa a la otra persona se estimula una parte del cerebro, la cual libera oxitocina en el torrente sanguíneo, lo que da como resultado un sensación de placer. Esta terapia es de espejo. Se puede hacer vestidos o desnudos:
“Todo depende de cómo lo quiera la pareja o si tienen o no una vida sexual, pero la idea es que el que inicie (cualquiera de los dos) empiece a besar a su pareja y si le da un beso en la nariz, quien lo reciba también lo haga ( efecto espejo. Como recibes, das) Sin tocar las partes genitales, ya que un beso es sumamente rico y excitante”, publica el portal Sexualidad180.
Cuando se besa, liberamos la oxitocina, hormona que interviene además en el enamoramiento, orgasmo, parto y amamantamiento y de igual manera esta relacionada con la afectividad, ternura y el acto de tocar. Por su parte, los besos apasionados, provocan la liberación de adrenalina en la sangre, un aumento en el ritmo cardíaco, baja la tensión arterial y el nivel de glucosa en la sangre.
El poder de los besos
Los sexólogos son partidarios de que las parejas se besen, de tal manera que el otro logre sentir lo mismo que uno y no sólo como un reflejo vacío que no envuelve emociones:
Es fácil que las parejas se olviden de besarse, pero es una manera muy efectiva de compartir intimidad. Se pone mucho énfasis en tener muy buenas relaciones sexuales y muchos se olvidan de que un simple beso es una fácil manera de mantener el contacto.
Las personas se preocupan más por pagar sus deudas financieras y se olvidan o le restan importancia a las deudas emocionales que se tienen pendientes.