La clave para que tu labial sobreviva a la fiesta de Año Nuevo radica en tres pasos esenciales: preparación, aplicación y mantenimiento.
Antes de aplicar el labial, exfolia tus labios para eliminar piel muerta y asegúrate de hidratarlos con un bálsamo ligero. Esto crea una superficie suave y lista para el color.
Elige un labial de larga duración, preferiblemente mate o líquido, ya que suelen resistir mejor a comidas y bebidas. Antes de aplicarlo, usa un delineador del mismo tono para definir los bordes y evitar que el color se corra. Luego, aplica una capa fina de labial y sella con polvo translúcido, usando un pañuelo como barrera para evitar el exceso de producto.
Para mantener el color, lleva el labial contigo para retoques rápidos. Evita alimentos grasosos y utiliza una pajilla para beber, lo que reduce el desgaste.
Si prefieres alternativas naturales, busca labiales con ingredientes resistentes al agua y de alta pigmentación.