Investigadores han puesto bajo la lupa a uno de los símbolos masculinos por excelencia: la barba. Es que el vello, tanto corporal como facial, retiene suciedad, lo que facilita la proliferación de gérmenes y bacterias.
Pero no solo la barba de los hombres es cuestionada, también lo es la cercanía a nuestros perros que viene acompañada de algunos cuestionamientos como: ¿pueden dormir en nuestra cama?, ¿deberíamos evitar los besos por las bacterias que puedan tener en el hocico?.
Paradójicamente, mientras uno se preocupa por la limpieza de nuestros perritos, un popular atributo masculino, la barba, puede ser un foco de microorganismos mucho más grande.
Un estudio científico de la Universidad Médica Paracelsus de Salzburgo (Austria) ha llegado a la conclusión que besar a un perro podría ser, desde un punto de vista bacteriano, más seguro que besar a un hombre con barba.
Tras el estudio los cientificos determinaron que “Se encontraron más microbios en las cavidades orales humanas que en las cavidades orales de los perros”, añaden los autores del estudio. Los resultados tras la resonancia magnética fueron similares: en las máquinas utilizadas por perros, las muestras recolectadas tras realizar una desinfección rutinaria mostraron un recuento bacteriano menor que las de los escáneres usados por humanos.
