- marzo 7, 2014
Las selfies, esas fotos que uno se hace a sí mismo con el celular para compartirlas luego en las redes sociales, se han convertido en uno de los mayores fenómenos de Internet en 2013.
Tal ha sido su éxito que el Oxford Dictionary llegó a elegir selfie como la palabra del año. Sin embargo, las modas evolucionan rápido en el universo digital y, si bien el selfie sigue en auge —la fotografía que hizo Ellen DeGeneres en plena gala de los Oscar se convirtió en el mensaje más retuiteado de la historia—, lo que se ha popularizado en los últimos meses han sido las belfies, autofotos de traseros que se comparten a través de Twitter y, sobre todo, de Instagram.
Las belfies más populares son, claro, las de famosas (actrices, modelos cantantes…) con cuerpos de infarto que no dudan en inmortalizar con sus smartphones sus impresionantes colas para deleite de los internautas. La culpable de esta nueva cibertendencia es Kim Kardashian, quien a finales del año pasado decidió hacerse una foto prácticamente de espaldas, vestida con un traje de baño blanco, para demostrar que seguía teniendo un buen cuerpo a pesar de su reciente maternidad. La instantánea fue un éxito. Le encantó a Kanye West, su pareja, a sus millones de seguidores en las redes sociales y, al parecer, a muchas otras divas que decidieron seguir su ejemplo.
Entre las que más se han aficionado al belfie —y es obvio que pueden permitírselo— se encuentran Rihanna, Beyoncé y, como no, Miley Cyrus, que lleva ya mucho tiempo demostrando su gusto por el exhibicionismo. Otras grandes protagonistas de esta moda, que de momento parece que sólo se ha popularizado entre las mujeres, son Cheryl Cole y su posado en la playa, Tyra Banks en una foto a contraluz, Nicki Minaj con un diminuto bikini amarillo, el belfie conjunto de los ángeles de Victoria’s Secret Alessandra Ambrosio y Doutzen Kroes y Lady Gaga con un impactante primer plano de su cola.
Sin embargo, hay un conocido precedente de esta locura, aquella foto filtrada de Scarlett Johansson desnuda frente a un espejo que se extendió por Internet a toda velocidad y que acabó siendo una de las imágenes más parodiadas de 2011. Por aquel entonces, la palabra selfie aún no se utilizaba y menos aún belfie, un término que tampoco se le ajustaría al cien por cien ya que no fue la propia Scarlett la que subió la fotografía a las redes sociales para lucimiento personal.
Y vos, ¿te animarías al belfie?