Era un día muy especial. Tras asistir al almuerzo de los nominados a los Oscar en Los Ángeles, el actor Bradley Cooper tenía una cita ineludible en la Casa Blanca. Para la ocasión la estrella de “American Hustle” quiso ir con la mejor compañía, la de su novia, la modelo Suki Waterhouse, con quien acaba de celebrar su primer aniversario.
El actor, de 39 años, lució un impecable esmoquin y la modelo británica, de 22, optó por una falda larga en tonos azules acompañada de un blazer, para presentarse ante Barack Obama y su mujer, Michelle.
Cooper y Waterhouse fueron recibidos primero por Obama y su esposa en el Salón Azul de la Casa Blanca. Se trataba de una cena de gala ofrecida en honor del mandatario francés, François Hollande. Entre los asistentes también se pudo ver a la actriz Julia Louis-Dreyfus, sentada junto al vicepresidente estadounidense, Joe Biden.
La primera dama estadounidense, para esa noche volvió a confiar en una de sus diseñadoras favorita, Carolina Herrera, con una falda de gran vuelo en un color azul muy favorecedor.
La cena se sirvió en una carpa gigante en los jardines del ala sur. Para el primer plato se optó por caviar de Illinois, acompañado de huevos de Pensilvania y doce variedades de patatas procedentes de Nueva York, Idaho y California. La ensalada, de rábanos, pequeñas zanahorias y lechuga con una vinagreta de vino rojo, fue un «tributo» a los cultivos de este invierno en el huerto de la primera dama. El plato principal fue carne vacuno criada en una granja familiar de Greeley (Colorado), acompañada de queso azul de Vermont. En cuanto al postre, el presidente agasajó a sus invitados con un pastel de chocolate hawaiano combinado con mandarinas de Florida y helado de vainilla.
La velada concluyó con una actuación de la cantante neoyorquina Mary J. Blige.