- abril 19, 2013
Por Helen Riveros
Correo: riveros.eleni@gmail.com
Las personas están destinadas a fallarnos. Así como lo leés. Es simple lógica. Como nadie es perfecto, nadie puede permanecer satisfaciendo nuestras expectativas durante toda la vida. Por ende, al no cumplir nuestras expectativas, nos fallan.
Las personas están destinadas a fallarnos. Sí lo transformamos a primera persona, es más aterrador aún: estás destinad@ a fallar a los demás.
En mis 27 años, ya tengo una interesante lista de personas a las que he decepcionado: con actitudes, acciones y decisiones. De la misma manera, muchas personas me han decepcionado. Hasta mi gata me falló. Hoy mismo. Masticó por completo el cable del mouse y lo inutilizó. Yo no esperaba eso de ella. Me falló.
Pero esa es la manera natural en que la vida se desenvuelve. Somos material imperfecto. Tengo una extraña costumbre de observar el cuerpo de la gente; no, no soy voyeurista, pero normalmente cuando estoy en una sala de espera o en el bus, detengo mi mirada en una determinada persona y me fijo en detalles de su fisonomía. Siempre encuentro un ojo más pequeño, brazos más cortos, dedos muy largos, pies muy anchos. Hasta encontré pies con 6 dedos de cada lado. No somos perfectos ni por fuera ni por dentro.
Esta imperfección que cargamos desde que nacemos hasta que morimos es la que nos obliga a vivir la vida exigiendo menos de los demás. Nos obliga a vivir con 3 elementos: comprensión, tolerancia y perdón.
Cuando yo entiendo que mi mamá no es perfecta, la comprendo más cuando está de mal humor. Cuando entiendo que mi amigo no es perfecto, tolero su forma de ser. Cuando entiendo que mi vecina no es perfecta, la perdono por haber fingido que no me vio para no saludarme. Lo hago, no como una obligación, sino como un acto de bondad hacia los demás, ya que de la misma manera, los demás lo hacen conmigo.
Piensa en 3 cosas que te molestan de la persona más cercana, ya sea papá, mamá, hij@, espos@. La lista se llena en menos de 10 segundos. Ahora piensa en 1 sola cosa que a los demás podría molestar de tu persona. O________________O La triste verdad es que tal vez, su lista sea aún más larga que la tuya, sólo que te han amado tanto que te han tolerado, comprendido y perdonado demasiadas veces.
Seamos menos exigentes con los demás. Otorguemos ese margen de error que todos nos merecemos. Demos a las personas el permiso de ser humanos y en mi caso, permiso de ser una gata. Vamos a vivir menos estresados, menos heridos y con mayor energía y tiempo para disfrutar de la belleza que cada uno tiene y admirar la manera en que cada uno ha logrado tener éxito en la vida, a pesar de sus imperfecciones. Tal como lo hemos hecho nosotros.
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