Reflexionar y enseñar sobre la belleza es algo que debe enseñarse desde la niñez y en la casa. Esta carta ayuda a comprender el verdadero valor y dónde radica el secreto para ser feliz.
Esta carta de una madre a su hija te hará comprender qué tan importante es la belleza, pero no la que todos ven, sino aquella que debe ser descubierta por uno mismo.
Querida hija,
El otro día estábamos en mi cuarto preparándonos para salir a la escuela, y mientras te mirabas en el espejo me preguntaste “¿puedo pintarme los labios?”. Sin pensarlo dos veces te dije que “no”. Para mi sorpresa, tu respuesta fue “pero no me veo linda sin pintura”.
En un primer momento tu comentario me causó gracia, otra ocurrencia tuya, pensé. Pero un segundo más tarde mi reacción fue otra. Sentí temor de que pensaras que necesitas maquillaje para verte bella.
“Eres hermosa, con tu cara limpia y sin nada”, te dije. Me sonreíste y comenzaste a hablar de otra cosa. Yo, respiré aliviada.
Pero me quedé pensando en otras cosas que me gustaría que supieras y que en ese momento no se me ocurrió decirte.
Como que un lápiz labial del color más lindo pierde gracia si no sonríes o si tus palabras no demuestran respeto y compasión por los otros.
O que puedes hacerte 20 peinados hermosos con tu cabello, pero que al final del día, esos peinados se desarman y nunca serán tan importantes como tus ideas, que te ayudarán a madurar y a alcanzar todos tus sueños.
Ten presente también que nacimos sin ropa y que la moda, aunque es hermosa y apasionante, es pasajera. En cambio tus raíces, tu cultura y tus valores no lo son. Siempre estarán contigo y te harán ser única y auténtica dondequiera que vayas.
Por favor no dudes, que el mejor tratamiento de belleza para tu alma es encontrar en la vida lo que te haga feliz, y ponerle todas tus ganas y pasión para hacerlo lo mejor posible. El secreto: no te rindas nunca.
Y cuando no te guste una foto tuya por favor ten claro que es solo una imagen. Un instante donde no es posible captar tus otros miles de instantes en lo que eres graciosa, tierna, compasiva, dulce, generosa e inteligente. Por eso no dejes que una imagen te dicte como te ves a ti misma.
Quiero que crezcas sabiendo que tu belleza nace y vive adentro tuyo y es mucho más grande e importante que el color de labios que te pongas ese día.
Y nunca te olvides que para mí eres y siempre serás la más hermosa.
Te quiero,
Mamá