- julio 10, 2014
La principal característica de la depresión infantil es que aísla a los niños de la sociedad y genera en ellos dificultad para relacionarse con los demás.
La contención de la familia es el primer apoyo que la persona deprimida debe recibir. Es importante estar atentos a los niños, como también en adultos, para detectar si hay problemas de depresión.
Una de las características principales es que a los pequeños les resulta difícil relacionarse con los demás, y la comunicación con otros niños y adultos es cada vez menos. En la escuela pueden darse problemas de concentración y desinterés por aprender.
En cuanto a síntomas fisiológicos de la depresión infantil, pueden producirse alteraciones en el sueño y aumento de peso, así como también son comunes las quejas por dolores de cabeza.
En el caso de que el médico considere necesario el uso de medicamentos, estos deben ser aplicados en la dosis recomendada por el médico. Si observas efectos negativos en el niño, volvé a consultar pero no cambies la por cambiar la dosis.
Síntomas:
- Los niños se muestran ausentes o distantes. Su expresión es de tristeza, soledad y desdicha.
- Algunos niños se muestren agresivos y fácilmente irritables o malhumorados.
- La falta de energía, pérdida de interés o motivación por hacer cosas. Pueden mostrarse reacios a ir al colegio, hacer los deberes o incluso a jugar.
- Sentimiento de inferioridad, culpa y con una baja autoestima. Por ello, es importante reforzar la confianza en los niños y que no se sientan menospreciados.
- En algunos casos, es posible que los niños con depresión traten de escaparse de casa e incluso, intentan autolesionarse.
¿Cómo tratar?
1. Buscá un especialista: El primer paso es hacer una cita con un especialista. El médico debe establecer un diagnóstico acerca de lo que le sucede al niño y recetar medicamentos para ayudar a salir de su estado depresivo.
2. Mostrale tu apoyo: la clave está en hacerle sentir importante, que se sienta acompañado y querido. Tenés que estar atento a los progresos que tenga y a las posibles recaídas para poder actuar. Transmitile tranquilidad y cariño. Los niños que sufren depresión tienen la autoestima baja, por lo que resulta importante estimularlo y mostrarle afecto.
3. Fomentá actividades recreativas: los niños sumergidos en esta enfermedad, abandonan las actividades que antes les gustaba. Es por ello, que resulta positivo estimularlo a retomarlas. Sacalo una tarde al parque o al cine, esto sería aún mejor si las pudieran compartir con todos los miembros de la familia.
4. Compartí más tiempo con él: dedicate a jugar con él, ayudalo a realizar las tareas. Otra opción es pedirle que te ayude a hacer cosas contigo; como por ejemplo si estás cocinando pedile que te ayude a cocinar, si estás pintando, que te ayude a pintar.
5. Mantené una rutina: una de las características principales de la depresión es la inestabilidad emocional, es por ello que el establecimiento de una rutina hará que tu hijo se sienta más estable y contenido.
6. Evitá cambios de planes bruscos: en el caso de que se realice alguna actividad fuera de la rutina, avisale con anticipación para que esté preparado. También cuidá sus horarios de sueño y alimentación.
7. Informá en su escuela: hablá sobre su situación para que los profesores te mantengan informado acerca de sus progresos y recaídas. Los niños que sufren depresión tienen a estar alejados de sus compañeros.