- octubre 22, 2013
Su llegada a nuestro país fue anunciada durante varios días. Por una cuestión de tiempo no iba a asistir a su conferencia, cuando estaba a un paso de resignarme, leo en uno de los matutinos que la transmisión seria en vivo por uno de los canales locales. Celular en mano marqué el recordatorio.
El inicio estaba marcado para las 19:30, comenzó con teloneros que le dieron el clima perfecto y necesario a este ícono de la superación personal. 20:00 hs puntualmente apareció en el escenario del Centro Familiar de Adoración (aclarando que no pertenezco a esta religión), el auditorio estalló.
Con una sonrisa sanadora, una mirada que irradia paz y la humildad que lo engrandece saludaba a miles de almas con ganas de escucharlo. Remera azul, jeans y una predisposición que se siente con su sola presencia regalaba sus primeras palabras.
Nick Vujicic de 31 años llegó a nuestro país para sembrar su mensaje de amor, de paz y de que “sí se puede”. La descripción sobre sus primeros años de vida me erizó la piel. Nació con un síndrome conocido como “tetra Amelia” que se caracteriza por la carencia de extremidades, en su caso sin brazos ni piernas. En sus primeras líneas rezaba: “los médicos dicen que no existen causas”. Y en el colegio sufrió de bullying.
Su oratoria, su vocabulario y sus ganas de llegar a la gente, me dejaron impresionada. El currículum de Nick es sencillamente motivador, es director de Life Without limbs, una organización para personas con discapacidades físicas, predicador cristiano, y orador motivacional. En cuanto a su vida personal, está casado y es papá de un hermoso varoncito (cuando lo menciono se le llenaron los ojos de lágrimas).
A lo largo de la conferencia era necesario tener un papel y un bolígrafo, las frases eran para grabarlas en el corazón y mantenerlas escritas para no olvidarlas. Me quede con el título de su primer libro: «La vida sin extremidades: la inspiración para una vida ridículamente buena».
Creo que este tipo de visitas suman y dejan un claro mensaje en la vida de quienes tienen ganas de salir adelante y por alguna u otra razón están pasando situaciones difíciles. Muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua, y cuando conocemos a personas como Nick nos dan esa fuerza para caminar.
Cuando finalizó la conferencia me pare frente al televisor y lo aplaudí, estoy convencida de que las buenas energías nos llegan sin importar las distancias.
¡Gracias Nick! Ojala vuelvas muy pronto a Paraguay. ¡La próxima te veo en primera fila!