En el otro extremo veo a una mujer que no invierte mucho en su apariencia, se pone lo primero que encuentra en el ropero, casi no sabe lo que es un peine y mucho menos llevar varias capas de maquillaje en el rostro.
Sin embargo, yo creo que aprender a disfrutar de los grises de la vida es una buena alternativa, y sobre todo, más que seguir a los ideales de belleza impuestos desde el exterior, cada una debería redefinir lo que significa cuidarse, ocuparnos de nuestra imagen no porque los demás nos van a ver, sino por nosotras mismas .
Esta semana, podemos empezar a elegir prendas que nos hagan vernos y sentirnos bien. Al final, somos más que un cuerpo.