Todos los días hacemos las mismas cosas, mantenemos los mismos horarios, trabajos, recorridos, pero tenemos los fines de semana. Es nuestra opción que hacer con ellos.
Es una realidad que nuestra mascota depende de nosotros. Si no cumplimos bien con nuestro rol de buenos dueños como asumo muchas veces sucede, al no poder sacarlo a pasear todos los días. De esta manera nuestro perro también tendría su propia rutina. El no tiene opción. ¿O si? Es totalmente dependiente de nosotros.
No obstante yo diría que sí. Su opción más probable será en probar sus afilados dientes en ese último zapato taco diez de gamuza que acabaste de adquirir con tu sudoroso ahorro para estrenarlo el fin de semana con tus amigas. El aburrimiento de tu mascota lo lleva a hacer cosas para distraer su tiempo de soledad. Hoy puede ser tu zapato, mañana la Smart tv, pasado esa hermosa planta que está creciendo y floreciendo tan bien.
¿Duele no?. Únicamente lo hacen porque están aburridos. No es una manera de vengarse o probablemente si. La buena noticia, hay soluciones.
Hoy en día con la etología en auge, que se centra en el estudio del comportamiento animal, tenemos las herramientas para ayudarte a vivir en armonía con tu mascota y romper la rutina tanto la de ella como la tuya.
Simple tan simple como ir a la veterinaria más cercana y dejarse aconsejar. Un sinfín de juguetes pueden darte la paz que estás buscando y hacer muy feliz a tu perro. El simplemente necesita algo nuevo, algo que lo distraiga, que lo entretenga. No son tan diferentes a nosotros después de todo. Únicamente quieren romper con la rutina.
Un secreto está en administrar los mismos juguetes. Al igual que los niños, los perros se cansan de jugar siempre con la misma pelota que huele a humedad por estar un sinfín de días bajo la lluvia. Es mantener el factor sorpresa todos los días con diferentes motivos de distracción.
Contamos con juguetes en el mercado que son fáciles de limpiar y resistentes de manera a que no terminen con ellos en un solo día, únicamente hay que saber escoger o más simple aun dejarse aconsejar por un experto en la materia.
Qué tal si hoy hacemos una parada antes de llegar a casa y compramos un juguete. Yo apostaría a que el recibimiento será más que extraordinario. Y sonreiremos de satisfacción por saber que hemos hecho una excelente inversión, nada menos que en aumentar el bienestar de nuestra mascota.
¿No se lo debemos acaso? Ya que siempre está ahí esperándonos con la misma efusividad de siempre. Es tiempo de que rompamos su rutina y a su vez la nuestra.