En nuestro país es bastante difícil cumplir con la tarea que nos exige nuestro veterinario, pasear al perro, ya que no contamos con muchos lugares tranquilos donde poder llevarlos. Pero este no es el único problema, existe un problema más grave que recae enteramente en la irresponsabilidad de los propietarios, los paseos sin la utilización de la correa.
Los únicos lugares públicos “seguros” a los cuales podemos llevar a nuestros perros son: el jardín botánico, la costanera y el banco central. Pero me preocupa sobremanera que en poco tiempo también prohíban el acceso a perros a estas zonas de esparcimiento debido a la irresponsabilidad y falta de civismo de los propietarios.
Utilizar correa es obligatorio en la mayoría de los países, a no ser que haya un espacio habilitado por ley para soltar a los perros, y en estos lugares no todos los perros pueden ser libres, cada propietario debe conocer a su animal, ya que si este no es sociable pueden ocurrir graves peleas.
Soy propietaria de una perra mestiza de 4 años, adoptada a los 6 meses. Lastimosamente su desarrollo en las calles fue un poco traumático y no tuvo una socialización correcta en esos 6 meses previos al ser adoptada, por lo cual no es muy sociable con otros perros. Nunca, llevo a mi perra sin correa debido a los riesgos que podría ocasionar.
Yo opto por llevar a mi perra al jardín botánico. El paseo es hermoso, pueden ejercitarse física y mentalmente debido a la gran cantidad de olores y estímulos (el cansancio mental es el que va a evitar que tu perro siga haciendo pozos o destrozos en casa). Es un paseo altamente recomendable tanto para los propietarios, como para los perros.
Por lo general el paseo es tranquilo y satisfactorio.
Pero últimamente me llama la atención la cantidad de personas que llevan a sus perros sin correa. La semana pasada iba tranquilamente con mi perra Gala paseando, cuando observo a un muchacho con sus dos perros (ambos sin correa). Uno de ellos vio a Gala y salió disparado hacia ella, le pedí por favor al muchacho que atajase a su mascota, pero el perro ya estaba muy lejos del muchacho. Por suerte Gala no reaccionó agresivamente, pero el propietario sí, cuando le expliqué que debía llevarlos con correa. Se puso a la ofensiva, diciendo que mi perra no tenía derecho de estar ahí.
Comprendo que se quiera soltar a los perros, que sean libres, no hay nada más hermoso que ver correr libremente a un perro. Pero les recuerdo que es un lugar PÚBLICO, todos tienen derecho de estar ahí.
La correa da control, da seguridad al perro, no llevar al animal con correa es peligroso e inconsciente. No solamente porque pueden haber perros no sociables que comiencen peleas sino que en cualquier momento el perro puede tener un estímulo mayor a la llamada del propietario y salir corriendo, puede ser atropellado, puede asustar a personas y a niños, inclusive pueden reaccionar agresivamente. Debemos pensar que pueden haber personas que podrían tener una experiencia traumática con perros o que simplemente no sean de su agrado.
Esto es algo que como miembros de una sociedad deberíamos pensar y respetar para que la convivencia sea cada día mejor.
No permitamos que ocurran estos accidentes y prohíban la entrada a las mascotas. Seamos conscientes que todos tienen derecho y que cada individuo es diferente. Respetar por sobre todas las cosas. De esta manera inclusive algún día podamos conseguir algún lugar donde soltar a nuestros perros, verlos jugar y correr libremente con el sol en sus caras y sus hocicos al viento.