Paraguay, gordo y desnutrido

  • El título parece contradictorio, pero es la realidad que nos toca vivir actualmente.

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    Estas últimas semanas se publicaron varios informes relacionados al estado nutricional de nuestro país, en el cual podemos notar que estamos lejos de ser un país saludable y bien nutrido.

    Haciendo algunos números se calcula que hay más de 6.000 millones de habitantes en el mundo, alrededor del 20% padece de obesidad o sobrepeso; o sea hay 1.700 millones de personas con obesidad y sobrepeso; y por otro, 850 millones de personas, víctimas del hambre. En Paraguay tenemos el mismo panorama, tenemos un mayor número de personas con obesidad.

    Por un lado, Paraguay es el país con mayor índice de subnutrición en Sudamérica, la desnutrición crónica afecta al 15% de los niños menores de 5 años. Por otro lado, el 57% de la población paraguaya sufre de obesidad.

    La obesidad es una enfermedad crónica, metabólica, inflamatoria, caracterizada por un exceso de grasa corporal. La pandemia de obesidad tiene, básicamente, dos grandes causas conocidas por todos: el exceso en las comidas y el sedentarismo. La obesidad no es una cuestión tan simple como ‘cerrarse la boca’. Es una enfermedad compleja en la que están implicados factores genéticos, psicológicos, ambientales, culturales etc.

    Para disminuirla es fundamental comenzar a promover campañas antiobesidad con programas tendientes a modificar el estilo de vida ya que es una enfermedad que puede ser prevenible o controlable ya que una vez instalada representa un problema clínico de difícil tratamiento y con costos altísimos para el país. No bastan acciones dispersas, necesitamos campañas con mucha fuerza que promuevan conciencia de los riesgos de la enfermedad y que refuercen los aspectos positivos de tener una vida sana.

    Por otro lado hablando de desnutrición.

    El daño causado en un niño desnutrido es irreversible ya que los primeros 18 meses de vida son claves en el desarrollo de conexiones neuronales. Significa que estos niños al no recibir los nutrientes necesarios no lograrán un desarrollo óptimo a nivel intelectual, van a ser niños que no van a poder aprender, y no porque no quieren sino porque no pueden.

    Esta es la imagen de 2 sistemas nerviosos, a la izquierda el de un niño desnutrido y a la derecha el de un niño bien nutrido y saludable.

    La obesidad y la desnutrición conviven de esta forma en nuestro país, es una realidad triste pero que tiene solución, los índices de ambas enfermedades pueden ser mejorados pero depende de la voluntad de los que tiene el poder de hacer el cambio.

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