Límites y heridas de la infancia

  • Los hijos no son la oportunidad que da la vida para reparar la frustrada infancia.

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    Cuando nos volvemos padres, queremos compensar en la infancia de nuestro hijo todas las penas y dolores que pasamos nosotros en nuestra infancia. Si no tuve muñecas Barbies, trato de comprar muchas Barbies a mi hija, que dentro de todo ella no pidió, pero que luego reclamamos “yo te doy todas las cosas que vos queres”.

    En realidad son las cosas que la mamá cree que su hija quiere y esto viene de suponer que todos somos igual, con más razón mi hija es igual a mi por ende quiere lo mismo que yo. Y no es así. Los hijos no son la oportunidad que da la vida para reparar la frustrada infancia. Los niños son seres humanos nuevos, sin dolores ni traumas… aún, por esto no hay nada que reparar en ellos.

    Para no caer en este error habría que sanar las heridas de la infancia que todos tenemos, ya sea porque fue una infancia terrible, llena de dolor o por la interpretación que le dimos a lo que nos tocó vivir, lo cierto es que crecer duele, y los culpables de ese dolor suelen ser los padres. Dejar ir los dolores del pasado para mirar con nuevos y renovados ojos al presente ayuda a ser hoy mejor madre o padre.

    Luego la culpa de pasar tantas horas fuera de casa, nos lleva a esa culpa que solemos compensar con regalos caros, y déjenme decirles, los niños chiquitos no saben de precios. Por lo general les gusta lo que hace más ruido o los de colores brillantes. Pero así se empieza, y cuando nos damos cuenta vemos a niñas de 10 años con facebook y Smartphone “jugando” a ser mujeres; mujeres que están pendientes de las redes sociales.

    Un niño necesita a nivel psicológico, dos cosas: amor y límites. Nada más; no necesita (salvo las excepciones) asesores, ni un plantel de profesionales que trabaje a su alrededor. Un niño necesita límites claros y precisos, bien definidos, para poder sentirse libre dentro de estos límites. Y amor…no hay que explicar al amor… ¡todos necesitamos amor!

    Un niño con límites claros será un adulto sano e integrado, capaz de hacerse cargo de su vida sin ocuparse de la vida ajena, trabajar en problemas que no sos suyos, conocer bien sus intereses y metas y seguirlos hasta alcanzarlos.

    Lic. Romina Geli

    Psicóloga clínica

    Mat. N° 1.706

    (0986) 35 92 30

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