Mis propias heroínas, aparte de mi mamá y mi abuela, eran en su mayoría cantantes a las que recurro siempre que necesito un empujón para volver al camino, o simplemente me hacen sentir poderosa cada vez que las escucho.
“Ay como no me gustan las mujeres de novela que se pasan llorando y haciendo teatro” exclamó mi abuela durante mi habitual visita de Semana Santa a su casa.
Tenía razón, son un prototipo de mujer que (espero) nadie tolera, pero, ¿por qué siempre están ahí? ¿venden más? o peor aún, ¿están de moda? Todo esto me llevo a pensar en mis propias heroínas, y coincidentemente aparte de mi mamá y mi abuela, las demás eran en su mayoría cantantes a las que recurro siempre que necesito un empujón para volver al camino, o simplemente me hacen sentir poderosa cada vez que las escucho.
Me es imposible empezar la lista sin pensar en otra persona aparte de Stevie Nicks, la comúnmente llamada “Hada madrina del rock and roll”, tiene tanta magia que ofrecer en sus letras que es posible que sientas en algún punto que no estas con nadie más que con ella, en algún tipo de encanto del que no podes salir.
Pateo la etiqueta de “sex simbol” rockeando y eclipsando a sus otros cinco compañeros de Fleetwood Mac y cuando probo la carrera de solista lo hizo como solo ella sabe hacerlo, llegando a la cima.
Rupturas amorosas, independencia y un titulo de solterona al que adorna para anzarlo como éxito en Rooms on Fire, Stevie Nicks lanzo de manera mística un hechizo sobre todos los que siguen su carrera hasta el día de hoy.
Unos años más tarde, joven y con una actitud desafiante Sheryl Crow pateaba prototipos y te invitaba a tomar unas cervezas en algún bar de
mala muerte. Capaz cansada del “las mujeres no se comportan así” o “las mujeres no deberían”, tomo su potencial como compositora y una guitarra y nos mostró que las mujeres podían hacer absolutamente todo lo que se proponían.
No contenta con eso, se la conoce por promover el voto joven, su ultimo disco podía ser descargado gratuitamente una vez que invitabas a tres amigos a inscribirse y participar de las elecciones de su país.
Dos hermanas que decidieron entrar al mundo de la música, liderado hasta ese momento por hombres. Lo hicieron rompiendo los moldes,
tomando decisiones, escribiendo exitosas canciones y dejando a todos sin aliento con solos que hasta ese momento estaban “reservados” para los hombres del rock and roll.
Ellas reaccionaban a las adversidades con la frase “c’mon c’mon, let’s rock” y al poder que surgía en ese momento lo convertían en canciones emblemáticas. Ann y Nancy Wilson son consideradas hoy en día iconos de la historia de la música, y dignas representantes del rock femenino.
Hace tres décadas que el amor por el rock and roll sigue intacto en Chrissie Hynde, alguien que describe a la música como su único interés en la infancia, y nombra como influencias a The Clash y Sex Pistols. Jamas se sintió fuera de lugar en los suburbios de Londres, donde gracias a un consejo de Lemmy (si, Lemmy de Motörhead) reunió a los primeros integrantes de The Pretenders, la banda que lidera hasta hoy como único miembro fijo.
“Todo sobre mi grita feminismo, así que por qué tengo que hablar de ello? ¿no es mejor vivirlo que hablarlo?” el carácter y estilo propio por el que alguna vez la señalaron la llevo a convertirse en icono de la moda y para muchas personas, imagen de la mujer independiente, fuerte y
segura.
Me pareció que lo mejor era cerrar esto escuchando a estas y muchas otras artistas que decidieron marcar la historia con lo que mejor sabían hacer: música.