Pasaron los meses, se conocen hace mucho y ya transitaron juntos distintas experiencias, sabemos que la sexualidad no es algo menos importante en la pareja.
Por Antonella Roveglia
Psicóloga Clínica y Educadora Sexual.
Como hablamos en artículos anteriores, el acto sexual solo es un aspecto de la sexualidad humana, si bien actualmente, gracias a los medios y a las redes sociales, se le da mucha importancia al rendimiento y al placer que generamos en el otro, de todos modos no podemos olvidar cuan significativo es el erotismo en una relación de a dos.
El erotismo que mantienen es aquello que justamente se verá reflejado en el acto sexual, porque como toda actividad que uno lleva a cabo necesita dedicación y autoconocimiento, pero también ganas de aprender constantemente.
El aspecto sensual de la persona es el erotismo, aquel que deleita los sentidos y los satisface, aquella capacidad para sentir deseo, excitación, orgasmo y placer. El erotismo abarca las caricias, las fantasías y la imaginación que evocan internamente aquellos recuerdos o imágenes que desencadenan la excitación sexual para luego culminarlos en un encuentro.
La pareja tiene sus ciclos así como su sexualidad, los primeros meses el deseo es algo característico que no necesita demasiado esfuerzo, se ven, se excitan fácilmente. Después, con el tiempo pasan a una etapa más madura, donde uno no solo queda con la visión ideal del otro sino también con los aspectos más reales, y lo que antes parecía algo sencillo dentro de los encuentros, se va volviendo más complejo. Es aquí donde el erotismo toma un rol importante pero que muchos olvidan. Las palabras, el buen trato y generar el deseo previo, son casi tan meritorios (por no decir más) que la relación sexual per se. Los deseos dependen mucho de los sentidos, lo que vemos, tocamos, escuchamos, si esta antesala no se genera la pareja podría inclusive debilitarse y terminar.
Pero, ¿Cómo llegamos a alcanzar el erotismo y el deseo en el otro?
Bueno, no es tan difícil como parece, en este aspecto son primordiales tres cosas en el plano sexual: conocer lo que a uno mismo le gusta, interesarse por lo que A TU PAREJA le gusta y finalmente comunicarlo, tomarse el tiempo para hablarlo, darse un espacio para dialogar.
Cuando uno se conoce sexualmente, puede empezar la vía más sustancial de una sexualidad plena y sana. Es muy difícil que nuestra pareja “adivine” que particularidades tenemos. Pero si nosotros mismos no la podemos entender se complica más. A partir de allí, de conocerse, se presenta la oportunidad de transmitir lo que uno quiere, le gusta y lo que espera. Sin olvidar que eso debe darse del otro lado, escuchar a nuestras parejas es la segunda parte más valiosa de este proceso. Finalmente, como se habla de los proyectos que tienen juntos, de las vacaciones que se tomarán, también tienen que buscar ese tiempo para conversar sobre el placer sexual y el erotismo.
No olviden que el clímax no llega solo, pero podemos darle un empujón con los estímulos correctos, en el momento y lugar indicados…