La mitomanía es la compulsión por mentir, y esta se construye a partir de una realidad distorsionada con la intención de hacerlo, puede ser para bien, exagerando el bienestar o para mal ampliando actos maléficos.
Por lo general esta mentira es trasparente y creíble, motivo por el cual el mitómano puede sostenerse en el tiempo pero al final termina erosionando sus vínculos.
El mitómano miente a todos, a la pareja, a los amigos y en el trabajo.
Lo que diferencia al mitómano de un mentiroso es:
- El mentiroso inventa mentiras para defenderse o protegerse, es decir, con una finalidad.
- El mitómano predomina el carácter compulsivo de la mentira sin una motivación, es como una tendencia morbosa de desfigurar la realidad, imagina y siente cosas que no suceden realmente.
Los mitómanos mienten de forma metódica y la mayoría de sus mentiras son absurdas porque no tienen ninguna razón para mentir. La mayoría de la veces mienten ante situaciones en las que no hay necesidad de mentir.
Se pueden observar trastornos subyacentes en la mitomanía como los son el trastorno borderline de la personalidad, el trastorno histriónico o trastorno antisocial.
Como en ningún otro caso psicológico la mitomanía no se resuelve con pastillas, se resuelve con psicoterapia, y para llegar a este punto el mitómano debe tomar conciencia de sus mentiras y del daño que se genera a sí mismo y a los demás con las mismas.
Los mitómanos presentan baja autoestima en general y estas mentiras vienen de no aceptar su realidad, buscar la constante valoración del otro. Otra situación predisponente son las conductas ambivalentes, familias que aparentan una posición social que no tienen, matrimonios que fingen una relación inexistente o padres que mantienen en secreto una doble vida pueden incitar la mitomanía en sus hijos.
No es común que el mitómano busque ayuda profesional, en general, son los afectados por el mismo los que buscan esta ayuda. La mitomanía no es inofensiva, hay que hacerle frente, la credibilidad es seriamente afectada y con ella la vida social, emocional y laboral.