La anunciada crucifixión

  • Gustavo Centurión se llama el hombre que revolucionó las noticias al anunciar su crucifixión. No es nuevo este método de protesta pero la reivindicación sí lo es.

    Compartir:

    El polémico presidente de la seccional colorada Nº 4, de San Lorenzo, se va a clavar las manos porque Horacio Cartes es «tacaño» con los dirigentes que hicieron posible que llegue a la presidencia.

    Centurión cuestiona que ellos no hayan sido tenidos en cuenta al momento de nombrar a los colaboradores, que en este caso poseen un eminente perfil técnico que -en líneas generales-, fue una decisión que cayó bastante bien a la ciudadanía. Entiendo que miles de colorados hicieron campaña con la convicción de que querían un nuevo rumbo para el país, querían que las cosas realmente mejorasen, y aplaudí la pasión con la que trabajaron.

    Pero viendo las advertencias de crucifixión, me pregunto ¿si acaso el objetivo de fondo era solamente ocupar cargos en la función pública y posicionar a toda la familia? Me decepciona saber que ese era el karakú de la cuestión. Yo pensé que apoyaron a Cartes porque realmente confiaron en que podría construir el Paraguay que nos merecemos. No para terminar presionándolo por cargos como devolución de favores.

    Por eso estamos así. Con vergonzosas cifras de acceso a la educación y una pésima atención sanitaria. Centurión indignado dice que «Cartes solo habla de títulos y concurso, pero hay muchos jóvenes en Paraguay que no tienen estudios.» Es cierto, pero por qué no tienen estudios? Porque durante años la designación de amigos sin la capacidad necesaria y un manejo absolutamente corrupto en la función pública hicieron que esa plata destinada a la educación y salud sea desviada.

    Y si, no había crucifixiones de dirigentes. Se mantenía la «paz partidaria». Pero a cambio de qué? De un país sumido en la pobreza y en la ignorancia. De ese atolladero debemos salir. Y esa debe ser la función de quienes realmente se creen dirigentes.

    Compartir:

    Más notas: